Las concentraciones, fiestas y motoalmuerzos que se celebran desde el otoño a la primavera en toda la provincia están en el "ojo del huracán" después de que el pasado sábado este diario denunciara que en la última celebrada en Pilar de la Horadada el domingo anterior dos "stripers" habían protagonizado un número con uno de los asistentes mientras en primera fila presenciaban la escena unos menores. La Fiscalía ha abierto diligencias mientras que han corrido ríos de tinta y los informativos de todo el país se han hecho eco de este suceso. El número se realizó bajo la carpa que el Ayuntamiento instala durante seis meses al año para atraer todo tipo de eventos al municipio. Esa misma semana también se supo que el Ayuntamiento de Ibi supuestamente sufragó con dinero de una "caja B" una concentración motera en la que también hubo un desnudo. El asunto, por estas cuestiones -"striptease", menores y respaldo municipal- ha terminado por abrir una agria polémica porque en la provincia hay más de 40 asociaciones de moteros y muchas organizan estas actividades.

Así, mientras unos se rasgan las vestiduras condenando estos "striptease" ante menores -el propio alcalde de Pilar de la Horadada, Ignacio Ramos no ha salido aún de su asombro-, otros no entienden tanto alboroto. Es el caso de la alcaldesa de Redován, Leticia Bas (PSOE), quien, tras ser acusada por el PP de colaborar en un "striptease" que tiene lugar en el municipio reconoció que esta actividad ha formado parte durante los últimos años del programa de fiestas, "no desde que estamos nosotros, porque con el PP ya se hacían y en el colegio, aunque sólo ponemos los aseos".

Aficionados a las dos ruedas consultados por el periódico se sienten maltratados con toda esta polémica. Todos denigran la presencia de menores, aunque "si alguien es culpable es el padre que lo permite. Quien va a una fiesta motera sabe a qué va: a pasárselo bien, a ver amigos y conocidos y a divertirse", asegura Carlos Dávila, un motero de Elche, Ayuntamiento que por vez primera cedió este año una instalación para esta actividad, en la que hubo "go-gós" pero no "striptease". Su concejal de Deportes, Federico Buyolo, reconocía que tanto ésta como otra actividad se presenta al Ayuntamiento y se aprueba. Obviamente, nadie sabe en qué va a consistir. Aquí puede radicar el problema. ¿Saben los ayuntamientos todos los pormenores de los actos a los que dan cobertura, bien sea con instalaciones, medios o dinero?

En Rafal, un pequeño municipio de la Vega Baja, los responsables del Motoclub Boulevard Racing aseguraban esta semana, después de ver en este diario una imagen del espectáculo que organizaron con dos chicas ligeritas de ropa que "los animadores y animadoras del evento en ningún momento se despojaron de ninguna prenda de su indumentaria habitual (...) estaba publicitada la asistencia de un "striper" que no se vio por conveniente a última hora, ante lo cual se decidió contar con la asistencia de animadores de ambos sexos para evitar cualquier discriminación. Dicho almuerzo contó con la bendición del párroco, la asistencia de autoridades, familias enteras de socios y amigos". En este hecho incidía esta semana el socialista oriolano Eduardo López, quien no entiende "ni que la Fiscalía, con el trabajo que tiene, se dedique a estos temas y que todos nos sorprendamos cuando sólo hay que poner la tele cada día y ver lo que ven nuestros hijos".

Aunque la Fiscalía aún no ha respirado sobre qué va a investigar, lo más grave del motoalmuerzo de Pilar de la Horadada fuera "el que estuvieran niños. Nosotros avisamos del "striptease", la gente sabía a lo que iba y nosotros no hemos recibido ni una sola queja", ha repetido esta semana el presidente del club organizador Juan José Ruiz. Lo que está claro, aseguran los moteros, es que la polémica que se ha suscitado va a suponer que, a partir de ahora, algunos ayuntamientos miren con lupa estos eventos y si les dan algún tipo de cobertura. Una cuestión espinosa si tenemos en cuenta que el éxito de estas concentraciones -hasta 3.000 aficionados en muchos municipios- se han convertido en los últimos años en un apuesta segura para que cuando se van los turistas se pueda ofrecer algún atractivo a los comerciantes de bares y restaurantes y a los vecinos, y, si se quiere, para complementar las fiestas. "Esto comenzó -recuerda Dávila- porque vivimos en la mejor zona de España. Alicante, Murcia y Almería nos ofrecen unas carreteras fantásticas, hoteles baratos en invierno y mucho sol. ¿Qué más puede querer un motero?".

Ahora habrá que esperar a ver en qué municipio se vuelve a oír el "You Can Leave Your Hat On", el tema de Joe Cocker, inmortalizado en la película "Nueve Semanas y Media" que se ha convertido en el tema bandera de estos "striptease".