Hasta 125 niños de Algorfa de entre 3 y 15 años se hicieron ayer con su carné de conducir expedido por la Policía Local, eso sí, para circular con sus bicicletas. Los agentes encontraron con esta fórmula una oportunidad de oro para transmitir a los pequeños nociones básicas -a la vez que fundamentales- sobre seguridad vial, por ejemplo el significado de las señales que regulan la preferencia en las intersecciones o cómo se deben comportar en las zonas escolares y los pasos de peatones. Después practicaron las lecciones teóricas conduciendo bicicletas alquiladas por la Policía para la ocasión; los menores de ocho años en un circuito acotado en la Plaza de España, los mayores por las calles del pueblo acompañados de varios agentes.

Estuvieron todo el tiempo agotadas las quince bicis para pequeños (con ruedas auxiliares), seis medianas y ocho grandes. El éxito fue tal que los agentes tuvieron que repetir la escapada con un segundo grupo de nuevos expertos conductores. Todos aprobaron el carné y se llevaron a casa su acreditación, incluso con foto, en esta tercera edición de las Jornadas de Seguridad Vial.

Dispositivos de retención

Los padres también aprendieron ayer mucho de la Policía. Tras pesar y medir a cada niño, se indicó a sus familias qué tipo de silletas o dispositivos de retención precisan para ir bien seguros en el coche (hasta 12 años o 1,35 metros de altura deben ir siempre atados). Las recomendaciones de los agentes no eran caprichos, en absoluto, y para evidenciar los riesgos que comportan los coches, la Policía también trasladó a la Plaza de España un vehículo accidentando en un trayecto urbano, que tras un choque frontal contra un árbol acabó seriamente dañado y con los airbags accionados (los ocupantes resultaron heridos graves).

"Las imprudencias se pagan", quiso transmitir el cuerpo municipal, y por eso también efectuó controles de alcoholemia a los padres, aunque se fueran a casa andando -claro que en este caso no tuvieron que enfrentarse a multas y sanciones-. Seis agentes se dedicaron durante toda la mañana a aclarar las dudas, a destacar la función del casco o a explicar cómo es su trabajo y con qué materiales lo llevan a cabo. Mostraron a los niños los coches patrulla -tuvieron éxito especial, por cierto, las sirenas y las luces-, los "walkie-talkies", las porras, los medidores de alcoholemia o de contaminación acústica, los chalecos o las gorras.

"Una forma de acercarnos"

"Es una forma de acercarnos a ellos, de que no nos vean como un cuerpo alejado", explicó el jefe de la Policía Local de Algorfa, Javier Bertomeu. La mañana de ayer también fue de algún modo una "inversión" en seguridad para el futuro, porque lo que se espera haber logrado en todos estos niños es que les pidan a sus padres que les aten en el coche, que les reprendan si se saltan un stop, que "sean también ellos los educadores en esta materia", dijo Bertomeu.

Paralelamente la Policía había venido realizando sesiones formativas en los centros educativos del pueblo, así como un concurso de dibujos sobre seguridad vial (con 140 candidatos) que se falló ayer. Los premios, como no podía ser de otra forma, fueron dos bicicletas pero también seis cascos.