Una multinacional europea se ha interesado por hacerse con la gestión del hotel y spa "Villa de Catral", de cuatro estrellas y con 130 plazas de alojamiento disponibles en 66 habitaciones. La mercantil no es una cadena hotelera y quiere el hotel como alojamiento de sus ejecutivos en España, pero no es la única empresa que ha tocado a la puerta del despacho del alcalde Aurelio Albero (Partido Popular) en los últimos días.

Y es que el traspaso del establecimiento hotelero está en manos de la administración local porque es el Ayuntamiento el propietario del suelo municipal sobre el que se construyó el complejo y el que debe decidir la nueva adjudicación de la concesión.

Sería una salida para la difícil situación que atraviesa el hotel, con 24 trabajadores en huelga, que no han recibido su nómina desde hace tres meses y a los que la gerencia no ha abonado los pagos de la Seguridad Social en los últimos 15 meses. De momento, el Ayuntamiento catralense ha dado el primer paso para buscar una solución al extinguir por acuerdo plenario la concesión con la empresa por 50 años del suelo (que por otra parte en las normas urbanísticas aparece para un uso deportivo y no el hotelero que le dio el equipo de gobierno anterior a 2007).

Pendientes de un juez

Ahora debe ser un juzgado de lo Contencioso el que autorice al Ayuntamiento a entrar en el hotel para hacerse con la gestión del edificio de forma transitoria, a través de una empresa pública municipal, aunque eso es algo que no depende del municipio, sino del procedimiento judicial. "Si el juzgado nos da la razón podríamos coger las riendas de la empresa, pero siempre de una forma limitada porque el Ayuntamiento no tiene recursos financieros para hacerlo durante mucho tiempo", aclaró Albero. Según el primer edil la empresa no puede pedir indemnizaciones porque ha incumplido el acuerdo de concesión, aunque realizó una fuerte inversión en el edificio.

El alcalde explicó por otra parte que los problemas de gestión desde hace dos años en el establecimiento, contrastan con el éxito que ha obtenido el hotel durante sus tres años de funcionamiento.

A pesar de las dificultades se había convertido en un hotel muy competitivos de la comarca, situado a la autopista, a 20 kilómetros del aeropuerto El Altet y 15 de la costa de la comarca y que ha colgado el cartel de no hay plazas en varias ocasiones durante la temporada alta, con un mínimo de 15 habitaciones ocupadas en las semanas más "flojas" de la temporada baja.