Sus iniciales son L.G.V., tiene 23 años y cualquier policía de la Vega Baja identifica estas letras con nombre con la velocidad de un rayo. La Policía Local de Callosa de Segura dio ayer cuenta de su última fechoría, la que le ha llevado a superar la veintena de arrestos y a acumular más de cien hechos delictivos a sus espaldas. Ocurrió sobre las tres de la madrugada en un bar del Paseo de la Estación. Allí fue descubierto por una patrulla junto a J.B.F., de 19 años. A ambos se les acusa de un delito de robo con fuerza en las cosas.

Según explica la Policía Local, para entrar al bar habían forzado la reja de una ventana. Su objetivo era, supuestamente, apropiarse de la recaudación de la máquina tragaperras, ya que ésta presentaba signos de haber sido forzada. A L.G. V. los agentes le ocuparon algunos de sus "objetos personales" más habituales para este tipo de delitos: una linterna de mano para no despertar sospechas y poder actuar, una pata de cabra (usada para vencer la resistencia de cualquier reja) y unos guantes para evitar dejar incómodas huellas. Ambos detenidos han pasado a disposición judicial.

Tráfico

Por otra parte, una patrulla de la Policía Local de Orihuela Costa que se hallaba regulando la circulación en el colegio de Playa Flamenca observó un turismo estacionado obstaculizando gravemente el paso de otros vehículos al ocupar un carril de circulación.

Al proceder a denunciar el turismo, una vez finalizado la entrada escolar, llegó el propietario que actuó "de manera agresiva y amenazante". Éste se negó a enseñar su documentación y, finalmente, tuvo que ser arrestado y trasladado al cuartel de la Guardia Civil.