La historia de Orihuela se puede conocer por los edificios que se extienden desde el Arco de Santo Domingo hasta el Santuario de Nuestra Señora de Monserrate. En esta porción de terreno se concentran viviendas, iglesias, palacios y monasterios construidos en los últimos seis siglos y un paseo por esas calles da una idea clara de los acontecimientos que han ocurrido en esta ciudad desde el siglo XV hasta nuestros días.

Una de las cosas que salta a la vista es la fuerte presencia y la influencia de la Iglesia en este municipio de la comarca de la Vega Baja. El término municipal de Orihuela, que actualmente acoge unos 90.000 habitantes, cuenta con más de 30 iglesias. El Palacio Episcopal copreside, junto con la Catedral, la calle Mayor de Orihuela. Esta joya de la arquitectura del siglo XVIII, cuya fachada norte se puede contemplar desde el puente de Levante, acogerá en breve el Museo Diocesano de Arte Sacro. La reconversión de espacios es una de las opciones para conservar el patrimonio. Y esta lección se ha aplicado con consecuencias previsiblemente positivas en el antiguo palacio del obispo.

El edificio se encuentra aún en la tercera fase de las obras de rehabilitación. La exposición de arte religioso que la fundación "La Luz de las Imágenes" organizó en Orihuela en 2003 hizo que se acometiesen las dos primeras fases de las obras en años anteriores a la muestra. Durante unos meses, el Palacio Episcopal ya fue utilizado como sala museística. Y en sus paredes ya reposó "La tentación de Santo Tomás", de Velázquez, obra que apunta a ser la estrella de la colección que se expondrá de forma permanente en el Museo Diocesano de Arte Sacro.

El proyecto de adecuación del edificio como sala de exposiciones constituyen la tercera fase de la rehabilitación integral de la construcción y costó a la Conselleria de Infraestructuras y Transporte 776.000 euros. Los trabajos comenzaron en marzo de este año y los ejecuta la empresa oriolana Doalco. El resultado es, por ahora, un museo dentro de otro museo. Una construcción soberbia que albergará una colección única.

El claustro interior, las puertas y la cúpula situada en el punto más alto de la escalera que da acceso a las diferentes plantas de la construcción merecen la pena por sí solos. Las salas están rematadas con techos de artesonado en madera y se han recuperado unas vidrieras en las que se recuerdan las dos fechas importantes del palacio, la de su construcción definitiva en el siglo XVIII y la de su primera restauración en 1906. Según la página web de la Comisión Diocesana de Bienes Culturales, el Palacio Episcopal se empezó a construir en el siglo XVI sobre la planta del hospital medieval del Corpus Christi.

Unas exhaustivas reformas en el XVIII dejaron el Palacio tal y como se conoce actualmente. No obstante, se conservaron elementos originales como la portada de la curia, en la que permanece el escudo del obispo de Cartagena, diócesis a la que se vinculó la Catedral antes de existir la de Orihuela. El palacio se divide en tres plantas unidas por una escalera central coronada por una cúpula octogonal y los azulejos azules que la recubren protagonizan la vista más típica de Orihuela.

La exposición

La sala capitular que ahora ocupa el Museo Diocesano en la Catedral de Orihuela se queda pequeña. La colección del Obispado que descansa en Orihuela está formada por cientos de objetos de un valor incalculable. Además de la pintura de Velázquez, hay otras del artista italiano Paolo de San Leocadio y de Pedro Orrente. Cien kilos de plata dan forma a la Custodia del Corpus Christi y una gran cantidad de este metal se concentra en la urna del Monumento Eucarístico del Triduo Pascual. El tesoro en orfebrería del obispo de Orihuela tiene pocos semejantes en la Comunidad Valenciana.

Los textiles y el mobiliario de épocas diferentes ayudan a imaginar cómo se vivía entre los muros del palacio del obispo. Que este inmueble fue centro del poder religioso se desprende de los solemnes muebles que decoraban las estancias del antiguo Palacio Episcopal. El trono del obispo se expondrá en el mismo salón que ocupó cuando su principal usuario se instaló en el edificio.

Entre las esculturas, destacan la Virgen de Gracia del siglo XIV, un cristo románico y el San Roque de Salzillo. Y de los documentos escritos que conserva la Diócesis Orihuela-Alicante, destacan un misal miniado y un incunable con las edades del mundo, ambos datados en el siglo XV. En total, unas 200 piezas estarán esperando al público cuando abra el nuevo Museo Diocesano de Arte Sacro. Según las previsiones del equipo de Gobierno de Orihuela, la sala estará en funcionamiento a comienzos de 2011.

El Ayuntamiento asumirá el gasto de personal del museo. La conversión del palacio en hogar de la colección de arte sacro de la Diócesis se hizo en virtud de un convenio a tres bandas entre el mismo obispado, el Consistorio y la Generalitat Valenciana. La concejala de Cultura y Patrimonio de Orihuela, Pepa Ferrando, aseguró la semana pasada que la junta de gobierno del museo se constituirá el próximo 10 de diciembre. Tanto Ferrando como la alcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente, formarán parte del órgano rector del museo.

Distribución

El acceso al Museo Diocesano estará en la puerta más alejada de la capilla de Loreto. En el vestíbulo estarán la taquilla (habrá que pagar entrada para visitarlo), el guardarropa y una pared de cristal en la que se proyectarán audiovisuales, explican fuentes de la futura sala.

De ahí, los visitantes podrán pasar a las estancias que hay en la planta baja, reservadas para exposiciones temporales. Una vez en la planta principal y la entreplanta, los curiosos accederán a las habitaciones que encierran las obras de arte que se realizaron entre los siglos XV y XIX. Además, se ha respetado la estética original del salón rojo, donde el obispo recibía a los que le pedían audiencia. Las paredes están cubiertas por un tejido del color que da nombre a la habitación y se han hecho para la ocasión. Para ayudar en la seguridad del edificio y en la conservación de las obras expuestas, la tela es resistente al fuego. Las mismas fuentes señalaron que el trono del obispo se pondrá en el centro de la sala. Cerca del salón para las recepciones, está el salón amarillo, de características similares a las del primero. Esta estancia hacía las veces de sala de espera para quienes tenían cita con el pastor de Orihuela.

En la parte con vistas al río Segura se ha dejado un espacio de descanso en el que se instalarán dispositivos con material didáctico. La luz que penetra en este espacio, gracias a los grandes vanos abiertos en el muro, hace imposible que se puedan instalar obras de arte. Por eso se ha dejado como área de distensión antes de abandonar el edificio.

Seguridad

Las medidas de seguridad del Museo Diocesano dejan poco margen de maniobra a los amigos de lo ajeno. Hay alarmas en todas las vitrinas que se activan en cuanto se detecta movimiento. Los cuadros que colgarán en las paredes estarán conectados a dispositivos de alerta en caso de robo y las estancias están vigiladas por cámaras de seguridad. Pese a la antiguedad de su sede y de su colección, la galería está en consonancia con los adelantos tecnológicos en materia de seguridad. Para cumplir con las normativas referentes a accesibilidad, se han instalado dos ascensores que conectan con todas las plantas y otro que sube hasta un nivel intermedio y que baja hasta el semisótano.