Sin prisa pero sin pausa. El Ayuntamiento de Orihuela cumplirá la ley de Memoria Histórica eliminando las numerosas referencias a la sublevación militar de 1936 y a la época franquista de calles y plazas del casco urbano y de sus pedanías. Además retirará los honores y distinciones otorgados por el pleno municipal al general Franco en la década de los cuarenta del pasado siglo: la medalla de oro de la ciudad y el Caballero Cubierto.

La concejala de Cultura, Ana Mas, lo dejó claro ayer en rueda de prensa y explicó los pasos que va a dar la administración local para que el cumplimiento de la legislación sea una realidad. "Pretendemos adaptar la nomenclatura y los símbolos que corresponden a un Estado que defiende los valores democráticos de la libertad, tolerancia, solidaridad y el respeto por la cultura y los derechos humanos", enfatizó. Para ello explicó que serán técnicos municipales los que en primer lugar se encarguen de realizar un exhaustivo informe sobre la presencia y ubicación de esas denominaciones en Orihuela y pedanías, para que la decisión posterior de suprimirlas esté realmente fundamentada. Después se creará una comisión en la que se integrarán distintos colectivos locales para abrir el debate sobre qué nueva nomenclatura se les da a esos espacios públicos con el "máximo consenso".

La edil, que ayer despejó todas las dudas sobre la voluntad municipal de llevar a cabo esta iniciativa, explicó que en las reiteradas mociones que presentaron los socialistas sobre esta cuestión en el anterior mandato municipal -cuando eran oposición-, ya se instaba a cumplir la ley sustituyendo los nombres más cuestionables por otros de oriolanas relevantes -prácticamente inexistentes en el callejero-, nombres de geógrafos, botánicos o filósofos -que escasean-, o en recuerdo al universo literario y biográfico del poeta Miguel Hernández. También se proponía recuperar la denominación tradicional de los viales a los que se impuso un apelativo vinculado al franquismo y que en la memoria de los vecinos sigue manteniendo en muchos casos su denominación anterior. Mociones que sin embargo se encontraron con el obstáculo de una mayoría absoluta del PP mantenida con holgura hasta mayo de 2011. "Es una oportunidad para que Orihuela entre en la normalidad democrática". En relación a la supresión de las distinciones y honores al general Franco, decididas en pleno pocos años después de la guerra civil Mas fue menos específica y vinculó la decisión al nuevo reglamento de honores y distinciones, aunque al tiempo dijo que no era imprescindible que estuviera aprobado para adoptar la decisión.

La ley y las prioridades

Ana Mas puso la tirita antes de la herida a la hora de asegurar que se puede cuestionar si esta iniciativa es una prioridad municipal en estos momentos en los que el Ayuntamiento de Orihuela, como otros tantos, atraviesa una difícil situación económica y debe atender otras prioridades. La edil explicó que el gobierno municipal puede plantearse varios objetivos al mismo tiempo y abordar, también, esta cuestión, uno de los caballos de batalla en lo simbólico e ideológico del PSOE mientras estuvo en la oposición, para ajustar a la legalidad los espacios públicos de Orihuela, al igual que han hecho otras ciudades españolas "fuese cual fuese su color político".

Sobre los plazos para que esta gestión sea una realidad en las calles, la edil se mostró muy prudente. Dijo que la documentación oficial no coincide con las placas del callejero y hay que llevar a cabo un trabajo de campo. Con posterioridad se conformará la comisión en la que tendrán cabida diversos colectivos. Además la concejalía anunció que el correo electrónico de este departamento, cultura@orihuela.es, va a estar a disposición de los vecinos para que aporten sus propias propuestas.

Abundando en el asunto de los plazos Mas concretó que en cualquier caso el cambio no se realizará de manera inmediata, asegurando medio en broma medio en serio que en estos momentos Cultura no tiene presupuesto ni para encargar las nuevas placas, dada la situación de las arcas municipales que tenían en mayo ya agotado un 75% del presupuesto municipal de 2011.

Del cementerio al Casino, pasando por las cruces de pedanías

La labor de los funcionarios a la hora de definir qué calles deberían cambiar su denominación va a estar muy clara en los casos de plazas de pedanías donde todavía figura la placa con el nombre del "caudillo", como son el caso de La Aparecida o Torremendo, las dedicadas a generales u otras con alusiones falangistas. Cultura dio a entender ayer que dejará para un momento posterior la identificación de las cruces de los caídos -que en algunas pedanías recuerdan a las víctimas de un solo bando de la guerra civil-, o cuestiones que implican a entidades privadas como es el caso de la fosa común de los fusilados republicanos enterrados en el cementerio de Orihuela, que es propiedad de la Iglesia, o la placa conmemorativa que da la bienvenida a los visitantes del Casino Orcelitano -entidad que recibe ayudas públicas- con una relación de caídos por España, compartiendo espacio con un cuadro de Miguel Hernández. Trae de cabeza a algunos vecinos que se varíe la denominación de calles importantes del centro como José Antonio por su repercusión desde el punto de vista práctico, en direcciones postales y otras gestiones. También se dan los casos de nombres de calles como las del Falangista Francisco Llor en las que se plantearía retirar el adjetivo "falangista" sin modificar el nombre de la calle, además de otras fórmulas, buscando siempre -enfatizó Mas- "el máximo consenso".