El nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Orihuela Costa (PSOE, Clr-Claro y Los Verdes) quiere que la empresa urbanizadora del plan de Cala la Mosca presente un informe de evaluación de impacto ambiental de este proyecto que tiene aprobado desde 2007, momento en el que la legislación no se lo exigía. Cala La Mosca, es el único enclave libre de edificaciones que queda en los 15 kilómetros de costa con que cuenta Orihuela. La decisión municipal parte de las reivindicaciones vecinales y manifestaciones (apoyadas por los partidos que ahora forman el gobierno local y que entonces eran oposición) para que este espacio libre de edificaciones en primera línea de costa oriolana fuera preservado de la construcción. Incluso el PSOE presentó un contencioso administrativo para intentar frenar su visto bueno. El equipo de gobierno es consciente en este caso que la administración local "no puede ir en contra de sus propios actos" y que la decisión sólo sería reversible con una cuantiosa indemnización aunque sí está buscando alternativas para que la ejecución no sea inmediata porque considera que el proyecto no cumple los criterios ambientales. Y es que este plan se aprobó en el pleno con los votos a favor del PP del anterior mandato municipal y la promotora madrileña adjudicataria procedió a urbanizarlos y concluir el trazado de viales y otros servicios para consolidar su actuación, en el momento que más rechazo social generaba, sin levantar las casas.

La Comisión de Peticiones del Parlamento de la Unión Europea, tras la reclamación realizada a un grupo de europarlamentarios por los vecinos del litoral y lideradas por el actual edil delegado de la Costa, Bob Houliston, instó en abril al Gobierno de España a realizar un seguimiento minucioso del desarrollo de este plan. Erminia Mazzoni, presidenta de esta institución, reclamaba conocer si cumple con todos "con los requisitos establecidos por la legislación de la UE en materia de medio ambiente; como las disposiciones sobre evaluación de impacto ambiental". Es con el aval de esta petición de información con el que el Ayuntamiento quiere argumentar su solicitud a la urbanizadora, que cuando se le aprobó el proyecto no necesitaba el informe ambiental.

Otro organismo que también se ha pronunciado sobre este proyecto es la dirección general de Costas que ha advertido que el ámbito del plan no podrá afectar a a la franja de cien metros desde la orilla al interior de la costa.

Abandono de las zonas protegidas para las especies endémicas

Cuando la urbanizadora del plan de Cala La Mosca comenzó a trazar calles e instalar servicios la Generalitat le obligó a acotar y realizar vallados perimetrales de medio metro de altura en varias parcelas situadas al norte del plan, junto a Playa Flamenca, con el objetivo de preservar especies de la zona y protegidas por la legislación ambiental. Son la "tudorella sulcata", un pequeño caracol y la "gelianthemum caput-felis", una planta conocida como Jarilla de Cabeza de Gato. Ahora las vallas han caído y nada sobre el terreno parece indicar que exista esa zona protegida. Paradójicamente la ejecución de las infraestructuras de la urbanización -no las casas- ha hecho más inaccesible la primera línea de costa a la que ya no se puede llegar desde la carretera N-332. Algo que ha permitido la proliferación de vertido de escombro en alguna de las calas y que impide la limpieza adecuada de la zona de baño, muy apreciada por quienes huyen de la masificación de otras playas. D.P.