Los oriolanos no coinciden en sus opiniones sobre cuál debe ser el futuro del río Segura a su paso por el casco urbano. Mientras unos ciudadanos ven con buenos ojos el proyecto del Partido Socialista para desviar su cauce y sacarlo de la ciudad, otros se apoyan en la tradición para que se mantenga uno de los emblemas y pese a que reconocen que son muchos los problemas que causa. La contaminación, los mosquitos, los malos olores y los problemas de salud son los principales inconvenientes que los vecinos de la localidad aseguran que se deberían solucionar, aunque difieren en el cómo.

Una gran parte de los oriolanos cree que la mejor solución a los problemas que causa el río a su paso por el centro urbano es el desvío de su cauce, como ya se ha hecho con éxito en otras ciudades y entre las que todos destacan Valencia. "Para que continúe en las condiciones actuales, es preferible que se desvíe porque está perjudicando a la salud de los ciudadanos", sostiene Ignacio Rosa, un jubilado de la localidad. Esta solución también la secunda Antonio Peralta, gerente de un comercio de la calle Mayor para quien el desvío "debería haberse realizado cuando se hizo el encauzamiento del río, pensando en el futuro".

Peralta afirma que así Orihuela ganaría "un gran espacio de zonas verdes, lúdicas, deportivas y de ocio" que dinamizarían la ciudad, además de que ante inundaciones, "los oriolanos estaríamos más protegidos". La solución a los tradicionales problemas de mosquitos y malos olores son otra baza de quienes apoyan este proyecto, como es el caso de Francisco Pascual Navarro, quien además argumenta que el espacio también se podría utilizar para crear plazas de aparcamiento para Orihuela. Sin embargo, pese a que la mayoría de estos ciudadanos confía en la viabilidad del proyectos, son muchos los escépticos que opinan que el proyecto no se llevará a cabo "hasta dentro de varias décadas".

Como un jardín sin flores

Otros vecinos, en cambio, se niegan a ver el paisaje de la ciudad sin su Segura. Ellos, apelando a la tradición y a que es algo "propio de Orihuela", opinan que el cauce debe permanecer donde está.

"Si le quitas el río a Orihuela es como quitarle a un jardín las flores", sostiene Adrián Igualada. Quienes apoyan esta opinión, creen que la solución a los problemas que causa el río pasan por "una mayor limpieza y cuidado de sus aguas", que mejoren su tanto su presencia como su afección a la vida cotidiana de los oriolanos.

Pero no todo es blanco y negro. Así, también hay vecinos que no se pronuncian sobre el proyecto de desvío hasta conocer con seguridad su viabilidad, los lugares por los que pasaría el nuevo cauce y su coste -puesto que muchos consideran éste como un proyecto que precisa de una gran inversión que no sería conveniente "dado los tiempos que corren". Otros oriolanos, en cambio, sostienen que el debate no debe centrarse en el desvío del cauce, sino en "solucionar los problemas del río" que continuarían en ambas ubicaciones.