Dulce Catalán dirige la asociación y el Centro de Esperanza y Vida en Torrevieja que se dedica a la deshabituación y reinserción del drogodependiente. Se trata de una entidad que gestiona un centro de día, vivienda tutelada y un servicio jurídico con atención individualizada. En un centro que está acreditado por la dirección general de Drogodependencias de la Conselleria de Sanidad. Organismo, que en teoría, debería ayudar a mantener unas instalaciones que prestan apoyo a un sector social especialmente vulnerable a la falta de apoyo.

¿Con qué dificultades se encuentra el centro en estos momentos?

El problema se puede explicar en dos partes. Uno es el retraso en los pagos de la Generalitat (unos 8.000 euros al trimestre). Hemos cobrado el tercer trimestre y ya veremos el cuarto cómo respiran. El otro es que el año que viene esta subvención no será nominativa (por cada uno de los usuarios atendidos). Se va a pasar a licitar las plazas. Lo que significa que va a sacar las plazas a concurso y no puede entrar a concurso cualquiera. Hay que poner una garantía alta que luego se cobra al año a los dos años. Como si fuera una empresa. No podemos acceder a esas licitaciones porque no tenemos dinero. No tenemos liquidez. No somos una empresa. No tenemos beneficios. Todas las subvenciones se tienen que justificar. Si gasto cinco, justifico cinco. No puedo decir que me he guardado nada. Es muy raro que podamos entrar en ese concurso.

¿Y qué solución le plantean cuando les explica que no pueden concursar?.

Dicen que no hace falta que perdamos nuestra identidad como ONG y como asociación. Que podemos acceder. Pero económicamente no podemos. Como centro oficial tampoco pedimos una cuota a los asistidos y los socios se borran. Ahora nos cuesta más gestionar los socios cuando devuelven el recibo que mantenerlos. Y Valencia me dice: "si tienes que cobrar"... No lo dice directamente, pero sugiere que los servicios habría que ir pensando en un copago. Yo trato de decirles que yo cierro el año a cero.

Y la aportación del Ayuntamiento...

El Ayuntamiento concede la ayuda a la ONG. Como todas las entidades públicas ha tenido recortes. Y a nosotros, dentro de lo normal, nos ha recortado. Pero el Ayuntamiento no nos debe nada. El Ayuntamiento no puede hacerse cargo de lo que la Administración no puede. No puede mantener los servicios que ha estado subvencionando Valencia. Gracias al Ayuntamiento podemos ir tirando. Y quiero que eso quede bien claro. Y tiraremos. Además tengo que decir que el Ayuntamiento nos regaló entero el local y nos lo vistió entero. Desde este año está cedido oficialmente a la asociación y figura a su nombre, va a mantener 80.000 euros de subvención anual un 30% menos que este año, en el los dos centros de día se repartían 130.000 euros)

¿De qué forma afecta a esta situación al trabajo que desarrollan a diario?

Trabajamos con drogodependientes, menores; cumplimiento de medidas judiciales para esos menores; con un programa alternativo a la pena de prisión; asesoramiento y atención a familias y escuela de padres de drogodependientes -que ha tenido que suspenderse y que realizábamos desde hace 25 años-, prevención de recaídas... Íbamos a empezar con un taller de tratamiento de ludopatías y anorexia, violencia de género y bulimia (que desencadenan problemas de adicciones). La mitad de esos programas ha habido que quitarlos. Como el presupuesto no llegaba ha habido que recortarlos. Quedamos cuatro trabajadores. Psicólogos y trabajadores sociales. Otros cuatro se han tenido que ir a la calle y nos ayudan como voluntarios.