El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Orihuela celebró ayer un tradicional reunión de los lunes con asistencia de todos los concejales, a excepción del portavoz de Centro Liberal Renovador, Pedro Mancebo, quien alegó estar enfermo para no acudir -de hecho, no apareció por el Palacio del Marqués de Arneva en toda la mañana-. Mancebo aseguró la semana pasada, en plena crisis con PSOE y Los Verdes, que no acudiría a más reuniones de este órgano colegiado después de ver que servían para bien poco o se les engañaba porque se pasaba de puntillas temas de enjundia, como era el caso de la urbanización Montepinar, con un proyecto que ha salido adelante en contra de su opinión -vale más de diez millones de euros a pagar por los afectados (ver información en página 7 de esta edición)- y se decía que se trataba exclusivamente de resolver las alegaciones.

Lo cierto es verdad es que Mancebo no acudió y el alcalde, Monserrate Guillén (Los Verdes)según algunos asistentes, soltó una larga diatriba a sus compañeros sobre la situación actual que se vive en el equipo de gobierno y el futuro. A pesar de ello, todos siguen adelante -algunos es cierto, algunos sin dirigirse ni la palabra- y los presupuestos centran en estos momentos el final de año pues el concejal Juan Ignacio López-Bas tratará de aprobarlos en la sesión del último jueves de 2011. Como ya publicó este periódico, una cifra que rondará los 59 millones de euros; diez menos que para 2011 y 30 millones menos de lo que solicitaron los concejales.

Una de las principales cuestiones que está por resolver es convencer a Bob Houliston -el edil de Claro que fue apartado del grupo municipal que encabeza Pedro Mancebo- de que tiene que apoyar el presupuesto y que, pese a los recortes -López-Bas planteó directamente que no habría inversión en 2012 por la falta de ingresos- se intentará hacer un esfuerzo desde diversas áreas para apoyarlo. Si no lo convence, el equipo de gobierno siempre tendrá la guadaña de que no les dé su respaldo, que es fundamental.