La Cofradía de Pescadores ha presentado ante la Conselleria de Infraestructuras dos solicitudes de concesión administrativa destinadas a obtener los permisos para poder instalar cámaras de vigilancia.

Con sendas iniciativas los pescadores pretenden tener vigilada las zonas interior y exterior de la lonja pesquera ubicada en el recinto portuario, por una parte, y por otra, dotar del mismo sistema a las instalaciones de la fábrica del hielo ubicadas también en este recinto del muelle pesquero.

El patrón mayor de la Cofradía, Pedro Carmona, explicó que con estas instalaciones que suponen una inversión cercana a los 8.000 euros, se pretende tener vigilado todo el perímetro del muelle pesquero. Y recordó que Infraestructuras, que tiene la competencia sobre el puerto, retiró al guardia jurado que las vigilaba durante los fines de semana, cuando más actos vandálicos se producen en esta zona debido a los jóvenes que la eligen como marco para "el botellón".

Una vez transcurrido el plazo de veinte días para presentar alegaciones, de no producirse ninguna, se concederá el permiso para instalar las cámaras de vigilancia que fueron solicitadas en junio del pasado año.

La Cofradía negociará entonces conectar este servicio de videovigilancia al que mantiene operativo la Policía Local en distintos puntos estratégicos de la ciudad y sus urbanizaciones, el llamado proyecto "Viriato".

"Donde estamos, estamos bien. No queremos irnos"

El patrón de los pescadores torrevejenses Pedro Carmona lamentó la situación actual del recinto del muelle pesquero que, opina, "está abandonado de la mano de Dios".

También mostró se escepticismo sobre un futuro traslado de la flota pesquera a las inacabadas instalaciones del nuevo muelle en el contradique de Poniente: "Creo que vamos a continuar toda la vida en el lugar donde estamos. Además no queremos irnos, estamos muy bien. Unicamente lo deben adecentar".

La primera fase de esa infraestructura en el dique de Poniente finalizó en el año 2008 al realizar estas obras valoradas en 7,5 millones de euros aportados por la mercantil que construyó el Puerto deportivo de Marina Salinas.

El traslado tenía un doble objetivo. Además de dotar de nuevas instalaciones a los pescadores, se iba a demoler la actual lonja para poder dar a esos terrenos del "relleno" portuario el uso comercial previsto en el malogrado proyecto de remodelación de la fachada marítima, donde el espacio industrial no está previsto.

Tras la citada primera fase el Consell anunció la segunda, con la reurbanización de la dársena y la ejecución de la nueva lonja pesquera y una zona de secadero de redes, además de una gran rotonda de acceso a la zona (anunciada en reiteradas ocasiones). A día de hoy, todo el proyecto del nuevo muelle pesquero parece estar en dique seco. M.PAmies