El parque de La Habana es una de las escasas zonas verdes con las que cuenta el centro del casco urbano de Torrevieja -con una ordenación urbanística más volcada a los paseos- y, sobre todo, de las pocas consagradas al ocio de los más pequeños. Situado frente al Colegio Público Cuba, es uno de esos parques necesarios para dar rienda suelta a las necesidades de espacio y divertimento de la población infantil de la zona, pero por su cercanía al centro educativo se convierte en casi la prolongación natural del mismo cuando terminan las clases.

Todas las tardes sobre las cinco y media se puebla de docenas de niños que sólo cruzando la calle pasan directamente del colegio al parque. De niños y de sus madres, padres o abuelos. Usuarios que se quejan sobre todo de dos aspectos que resultan básicos en este tipo de espacios públicos: la falta de seguridad y la utilización que de la Plaza de La Habana hacen algunas personas convirtiéndola a plena luz del día en centro de una especie de "botellón para mayores", mostrando conductas de consumo de alcohol que resultan poco apropiados para escolares.

Vallas de obra

Pese a ofrecer desde su inauguración con mobiliario para juegos infantiles, la Plaza nunca ha contado con un vallado perimetral de seguridad que cerque la zona interior de parque y áreas ajardinadas diferenciándola con claridad de los viales que la circundan. Sólo las reiteradas quejas de padres y usuarios derivaron en el anclaje de ese tipo de vallas metálicas transportables, que utilizan servicios municipales de manera ocasional, como una solución provisional que se ha eternizado, como se aprecia en la imagen. Unas vallas, muy deterioradas, que no resultan eficaces a la hora de disuadir a los más pequeños cuando una pelota sale de la plaza o simplemente salen ellos mismos de las áreas recreativas.

Los vecinos se preguntan qué impide al Ayuntamiento realizar un muro de cerramiento perimetral para evitar los sustos que ocasionalmente se llevan los chiquillos y sus padres, o accidentes de mayor gravedad, tal y como se hizo, por ejemplo con el parque de la Estación. De estas deficiencias se ha hecho eco Juventudes Socialistas de Torrevieja y su secretario general Carlos Sánchez, recogiendo las quejas de los vecinos que también lamentan la pésima imagen que presenta este espacio, convertido por algunos adultos en escenario de su peculiar "centro social", botellón incluido, siendo posible, según explicaban ayer a este diario, encontrar a cualquier hora de la mañana o de la tarde a personas adultas, varones por lo general, que utilizan los bancos como puntos de reunión para consumir alcohol o jugar a las cartas compartiendo espacio con los más pequeños durante el tiempo de ocio infantil. Los vecinos echan en falta presencia policial en la zona más allá de la estricta regulación del tráfico en los momentos de entrada y salida de los alumnos del centro escolar.

Efectos colaterales de estas "actividades alternativas" de la Plaza son la suciedad en forma de residuos sólidos (botellas, tetras, cartones...) que dejan estos usuarios en el mismo espacio que utilizan los escolares.

El Ayuntamiento tuvo que actuar este verano, por otra parte, para realizar labores de limpieza en el "pipican". Instalaciones que cuando se concibieron parecían una buena idea pero que ahora son foco de malos olores y que provocan la huida de quienes quieren disfrutar del mobiliario de juegos infantiles.