El juzgado de Instrucción 3 de Orihuela ha abierto una investigación para aclarar la muerte de un recién nacido, ocurrida a finales en diciembre de 2011, y que se descubrió de forma casual el pasado 5 de enero después de que la madre, una niña búlgara de 13 años, ingresara cuatro días antes, en Año Nuevo, en el servicio de Ginecología del Hospital Vega Baja con una importante infección y mucha fiebre. Los médicos, después de realizarle diversas pruebas, determinaron que había sido madre los días previos y preguntaron que dónde estaba el bebé. No hubo respuesta, por lo cual avisaron a la Guardia Civil de Almoradí, puesto que tiene adjudicada la investigación de cualquier hecho delictivo grave en la zona. El protocolo sanitario obliga a advertir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de este tipo de hechos de forma inmediata.

La madre negó en su declaración durante tres días una evidencia, como era el hecho de que había sido madre, y la Guardia Civil abrió una investigación de oficio y preguntó a numerosos familiares -en la casa viven, al menos, ocho personas- para saber qué sabían sobre lo ocurrido.

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Según fuentes de la investigación, la familia, que reside en una vivienda en muy mal estado del centro de Orihuela, negó saber que la joven estaba embarazada, aunque relacionaron este hecho con un viaje que había realizado meses antes a su país de origen. A medida que la Benemérita fue cerrando el círculo, un primo de la joven, que reside en el mismo inmueble, confesó que él le ayudó a deshacerse del cadáver.

Siempre según la declaración de la muchacha, que al tener 13 años es inimputable, no así el primo, que tiene 15 -por lo cual se dio traslado de las diligencias a la Fiscalía del Menor- el bebé nació sin vida y explicaron que ella ni tan siquiera sabía que estaba embarazada cuando dio a luz. La versión no convenció para nada a los investigadores que centraron sus pesquisas en localizar el cadáver.

En su versión ante los investigadores, el muchacho aseguró que entre ambos metieron el cuerpo desnudo en una bolsa y, al cabo de unos días, se abandonó en un solar alejado del casco urbano. Sin que haya trascendido cómo, la realidad es que el levantamiento del cadáver no se realizó en este lugar, sino en el propio hospital tras recuperarse el cuerpo del bebé, un varón de casi 4 kilos de peso, completamente formado y que no presentaba aparentes signos de violencia. Ahora bien, presentaba un avanzado estado de descomposición que demostraba que la niña había sido madre, al menos, ocho días antes de descubrirse los hechos.

El cuerpo se trasladó al Instituto Anatómico Forense de Alicante para practicar la autopsia y a continuación se enviaron diversas muestras cadavéricas para su análisis a Barcelona. Todo ello con el único objeto de averiguar una cuestión clave de este asunto: si el bebé nació vivo, algo que no es nada fácil de comprobar más que a través del microscopio y de los resultados de los análisis que se han encargado.

Implicado

Diversas fuentes consultadas ayer por este periódico aseguraron que un recién nacido puede morir sencillamente si no se le arropa tras el parto. Ahora sólo se tiene la versión de la madre y la del primo de ésta, el único implicado en estos hechos, aunque el resto de familiares que residen en la vivienda han prestado declaración para intentar esclarecer los pormenores de esta historia.

La familia búlgara, según confirmó ayer en el periódico, no aparece en el padrón municipal del Ayuntamiento de Orihuela. Es decir, se desconoce literalmente su existencia y menos la de una menor de 13 años que, según todos los indicios, no estaría escolarizada. Los padres, al respecto, podrían incurrir en una responsabilidad penal. La Fiscalía del Menor estaría valorando en estos momentos la posibilidad de retirarles la custodia hasta que se aclaren los hechos. El juzgado aún no ha determinado si los progenitores pueden tener algún tipo de responsabilidad penal. Todo está pendiente de los resultados que se obtengan por las pruebas forenses. La Guardia Civil aún tiene que determinar quién ayudó a la madre en el momento del parto pues nadie se cree que estuviera sola.