La sesión plenaria celebrada en el Ayuntamiento de Bigastro escenificó el primer cara a cara entre el equipo de gobierno, de coalición entre PP y UPLC, y los anteriores mandatarios (PSOE) después de que saliera a la luz el informe que estima que las arcas municipales arrojan una deuda de más de 31 millones de euros, un documento que cualquier ciudadano puede consultar en la web municipal. Mientras el equipo de gobierno centró su ataque en pedir explicaciones y exigir responsabilidades por la descomunal deuda, el exalcalde socialista Raúl Valerio Medina trató de sortear una a una las embestidas escudándose; sobre todo, en que son el resultado de la gestión de su antecesor y recordando que los 14 millones a pagar por indemnizaciones pendientes de procesos judiciales todavía no están perdidos. Frente a ellos, una ingente cantidad de público que abarrotó hasta los pasillos que conducen al salón de plenos, jaleó enérgicamente durante más de tres horas a una y otra bancada.

De entre los puntos que conformaban el orden del día, cuatro eran los que predecían un espinoso enfrentamiento, cuatro grandes áreas que coincidían con la división de la deuda que la consultora contratada por el Ayuntamiento ha reflejado en el informe sobre la situación contable del erario público bigastrense: deuda financiera, no financiera (que incluye deudas a acreedores e impagos de sueldos a personal y administraciones públicas) y estimación del montante que el consistorio puede llegar a pagar si pierde los numerosos procesos judiciales en los que está inmerso.

Fue la cuestión relativa a la deuda no financiera, que se estima en más de 9,4 millones de euros, la que acabó de caldear el ambiente de una sala en la que debido al gran número de personas apenas se notó que en este Ayuntamiento la calefacción ya no se conecta como medida de ahorro. En este punto, el edil de Hacienda, Antonio González, reprochó a sus antecesores que era tal el caos contable que existía en el consistorio que incluso habían facturas pagadas hasta dos y tres veces, y en cambio, otras que suman más de 96.000 euros, que según este informe ni siquiera han sido reclamadas como deuda por los acreedores. "¿Usted era consciente de este caos? ¿Dónde está el dinero que usted desvió de Bigastrín? (la escuela infantil municipal)" preguntó una y otra vez el titular de Hacienda al exalcalde, a quien también le sacó los colores al requerirle información sobre "a cuántas personas que no trabajaban para el Ayuntamiento se le estaba pagando la Seguridad Social como trabajadores agrónomos con los impuestos de los bigastrenses".

A esta cuestión, Medina se limitó a contestar que "en esta sala hay gente" (a la que presuntamente se le han pagado dichos cánones en la Seguridad Social). "Responderé sobre eso donde me corresponda", dijo el edil, al tiempo que varios señores gritaban que "esos son los que le están aplaudiendo toda la noche".

Fórmula

En muchas de las estocadas que llegaban desde el equipo de gobierno, Medina utilizó la misma fórmula: "pídeme a mí las responsabilidades que me corresponden, ni una más", pasando así la patata caliente a la gestión de su antecesor, José Joaquín Moyá, quien tuvo que dimitir al ser detenido en octubre de 2008 por supuesta corrupción en la gestión municipal "A ustedes les interesa más salir en la prensa y vivir de esas declaraciones que decir que son incapaces de gestionar", dijo.

La sesión continuó con un reproche a dos bandas en las que salieron a la luz cientos de cifras de la gestión pasada. Mientras el PP echaba en cara al PSOE que con éste en el poder favorecía a los afines al partido en cuestiones como el empleo, los socialistas denunciaron que los proveedores que ya han empezado a cobrar parte de las deudas también son los afines al equipo de gobierno actual. Aunque sin duda, el punto del día que más descalificaciones registró fue en el relativo a los pleitos que esperan al consistorio en los juzgados, y donde se oyeron frases en las que se dejaba entrever que algunos de estos procesos dilucidarán si hubo o no corrupción urbanística durante la etapa gobernada por Moyá. Los aplausos, gritos y abucheos entre el público continuaron durante toda la sesión en un ambiente de lo más tenso en el que Murcia llegó a chillar que "estaría contento de ver en la cárcel a los dos (exalcaldes)", no sin recibir él también una contestación por parte de una señora que le espetó que el único que iba a ir a la cárcel iba a ser él.

Tensión entre vecinos y reproches entre ediles

La tensión entre la gran cantidad de vecinos allí reunidos, en un pueblo donde todo el mundo sabe de qué pie cojea el de al lado, fue en aumento con preguntas de González del tipo "¿Qué ha hecho con los 355.000 euros en nóminas que debía a los funcionarios del Ayuntamiento?, reproches de la alcaldesa, Charo Bañuls, del tipo "¿Por qué en enero de 2011 dijo que no se debía nada a Hacienda y la Seguridad Social cuando eran 600.000 euros?" o afirmaciones como la del edil Aurelio Murcia, quien le llegó a recordar que "En una ocasión usted me llamó a mí ladrón, veremos a ver quién sale ladrón de ésta". Mientras tanto, un público totalmente dividido, aplaudía a unos y otros sin quitar ojo al de la silla contigua.