El concejal de Patrimonio, Manuel Culiañez, dijo ayer que a la Cruz de la Muela sólo le queda un último paso -la aprobación en el próximo pleno municipal- para ser declarado Bien de Relevancia Local, una figura inferior a la de Bien de Interés Cultural (BIC), y que la Conselleria de Cultura considera que es la más apropiada para el símbolo, según hizo saber al equipo de gobierno el pasado mes de junio. El edil recibió hace un par de días la resolución del expediente abierto ante la Generalitat para este fin, que ha sido positivo, y anunció que en la próxima sesión plenaria se someterá a aprobación, algo que dio por resuelto de forma favorable porque, ¿quién se va a oponer?

La Cruz de la Muela es de propiedad municipal, pero está situada en un terreno de la Generalitat -como es la sierra- lo cual se puede entender como un difícil ejercicio de funambulismo jurídico que permitió al abogado riolano José Luis Mazón para solicitar, en nombre de la Asociación Preeminencia del Derecho, que fuese retirado de suelo público al tratarse, entiende él, de un símbolo religioso, cuando la Constitución Española declara la aconfesionalidad del Estado por lo que considera no tiene cabida allí. A raíz del inicio del procedimiento nació un movimiento en favor de su protección que curiosamente, llegará ahora a pleno con el respaldo y a iniciativa de un equipo de gobierno que cuentan, primordialmente, con ediles de izquierdas, que son poco sujetos a respaldar religiosas, lo que da aún más valor si cabe a la iniciativa.

Recurso

Culiáñez no negó ayer una evidencia: el Ayuntamiento no reniega de obtener de la Generalitat la declaración de la Cruz de la Muela como BIC por lo cual recurrieron el acuerdo de la Conselleria de Cultura que denegaba la petición realizada en la anterior legislatura por el Partido Popular; concretamente, el 8 de marzo. La declaración de Bien de Relevancia Local obligará al Ayuntamiento a garantizar su salvaguarda con aquellas actuaciones que sean necesarias para su conservación y que, a día de hoy, no cuentan con partida presupuestaria alguna, algo que no es especialmente preocupante para el responsable de Patrimonio.

Culiáñez destacó que la Cruz de la Muela no sólo es un símbolo para los oriolanos, sino que se integra como pocos en la estampa de la ciudad. "El símbolo pasará a tener la máxima protección urbanística y paisajística (grado 1) y, en ningún caso, se podrá alterar o derribar ya que contará con el máximo grado de protección", explicó el Ayuntamiento en un comunicado. En definitiva, la imagen de la Cruz de la Muela con Orihuela a sus pies está segura... siempre y cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos al que ha recurrido Mazón no diga lo contrario.

Manuel Culiáñez quiso destacar en su comparecencia de ayer una segunda figura proteccionista para la Cruz de la Muela y es la que tiene la propia Sierra de Orihuela con lo cual, dijo ayer, el símbolo está doblemente asegurado.

El edil defendió ayer la simbiosis entre el Ayuntamiento de Orihuela y la Cruz de la Muela y recordó que hay escritos desde el siglo XVIII que hablan de esta relación de dependencia que ellos, sencillamente, han terminado por heredar y de la que se entiende por las palabras del concejal que están más que orgullosos.