"Si no nos dejan gobernar que planteen una moción de censura". Es la frase más repetida en los últimos meses por dos de los alcaldes de la Vega Baja que gobiernan en minoría: Aurelio David Albero (PP), al frente del consistorio de Catral, y Gabriel Gascón (PP), primer edil de Dolores. Ambos han denunciado en numerosas ocasiones que sus rivales políticos boicotean su gestión y no les permiten gobernar, aunque desde las filas de la oposición el mensaje cambia y responsabilizan a sendos regidores de que las administraciones que dirigen navegan a la deriva por su inoperancia.

El resultado de las elecciones de mayo de 2011 propició que tanto el Partido Popular de Catral como el de Dolores perdieran la tranquilidad que les brindó la mayoría absoluta en la anterior legislatura. En el caso de Dolores, el PP pasó de 8 a 6 ediles. Sin un pacto entre los concejales del PSOE (5) y Renovación (2) para tomar el mando del Ayuntamiento, Gabriel Gascón fue investido alcalde. Semanas después, el regidor llevó a Pleno la aprobación de su sueldo, un neto de 3.000 euros mensuales que la oposición tumbó excusándose en la maltrecha situación del erario público. Desde entonces gobierna sin salario.

Varapalo

El rechazo a la aprobación del plan de ajuste presentado por Gascón para acogerse al programa de refinanciación de deudas con proveedores propuesto por el Ministerio de Hacienda ha sido el último varapalo para su equipo de gobierno, que a partir de ahora recibirá un 50% menos de transferencias estatales. Hasta ahora el alcalde no ha presentado los presupuestos de 2012, aunque hace un mes dijo que los presentaría en un máximo de 10 días y ligados a una moción de confianza.

"No quieren asumir su responsabilidad de gobierno", traslada la portavoz de Renovación, María Dolores Rodríguez.Esta sabe que, de no apoyar la moción de confianza ligada al presupuesto, llegarán a un punto de no retorno: o presentan una moción de censura que proponga un nuevo alcalde, o aceptan las cuentas que presente la oposición. Pero parece que su formación no se animará a coger las riendas del Consistorio si el alcalde no dimite primero. "Si lo que esperan es que los echemos del Ayuntamiento con una moción de censura, pueden seguir esperando", sentencia Rodríguez.

Su compañero de oposición y portavoz del PSOE, Joaquín Hernández, recuerda que desde el primer día aspiró a gobernar el municipio con un posible pacto con Renovación. Para el socialista, la aprobación de los presupuestos no se puede demorar más porque es necesario "para que el pueblo salga de la paralización que lleva desde hace mucho tiempo".

Casas ilegales

En el caso de Catral, la posibilidad de cocinar una moción de censura entre los tres partidos en la oposición parece improbable. El grupo de Electores socialistas de Catral (con 3 ediles), nació de una escisión del PSOE cuando el PSPV expulsó de sus filas al exalcalde José Manuel Rodríguez Leal tras ser imputado por un presunto delito de prevaricación y contra la ordenación del territorio tras la construcción de 1.200 chalés en suelo no urbanizable en la huerta del municipio, una situación que motivó que la Generalitat le retirara las competencias urbanísticas. Sus antiguos compañeros de partido del PSOE cuentan hoy con una concejala, María Asunción Salinas, mientras que los otros tres ediles de la oposición estan adscritos a Alternativa por Catral (APC), un partido que surgió de exmilitantes del PP descontentos con la gestión de Albero.

Aunque el ideario político de las tres formaciones difiere mucho entre sí, semanas atrás presentaron una moción conjunta que pretendía dejar sin sueldo al alcalde. Los portavoces de los tres grupos justificaron la medida en que Aurelio Albero no haya presentado los gastos que carga a la tarjeta de crédito de Alcaldía en comidas o viajes desde que tomó posesión.

Decisiones

Aunque todavía hoy no está claro si la medida salió o no adelante, pues depende del dictamen del secretario o, en su caso, de los jueces, la oposición demostró que, al igual que en el caso Dolores, es la que tiene la última palabra en la toma de las grandes decisiones municipales. Si las cosas siguen como hasta ahora, serán los concejales que no gobiernan formalmente quienes durante los próximos tres años gobernarán en la sombra ambas localidades. Algo que se ha convertido en una carrera de resistencia para sendos regidores del PP que o logran pactar unos nuevos presupuestos o tendrán que demostrar cuanto tiempo son capaces de gobernar sin siquiera unas cuentas acordes a la difícil situación económica.