Cerca de un centenar de vecinos de la urbanización Montepinar, en Orihuela, seguían anoche, al cierre de esta edición, reunidos sin saber qué medida tomar sobre el "acelerón" dado por la empresa adjudicataria (y contratada a instancia del Ayuntamiento) a los trabajos después de que el alcalde Guillén pactara tanto con ellos como con la mercantil una especie de acuerdo tácito para que estos fueran al "ralentí" hasta saber si, finalmente, pueden realizarse por menos dinero del firmado -10,5 millones de euros- o, incluso, suspenderse, que es el expediente que ha incoado el concejal Pablo Vidal para este fin.

"Los ánimos están muy caldeados", explicaba anoche uno de los afectados recordando la reunión que sus compañeros habían tenido a primera hora de la mañana con el regidor para pedirle explicaciones sobre el súbito y sorpresivo "acelerón" al proyecto. "Nos dijo que nos contestaría cuando supiera algo de la empresa y no sabemos nada", aseguraba la misma fuente.

Una buena parte de los afectados era partidaria de volver a cortar las calles e impedir el paso de las máquinas pese a las advertencias policiales de que, en ese caso, serían denunciados y acabarían en el juzgado.