Es con diferencia el patrimonio más antiguo y a la vez más desconocido de Torrevieja. Una construcción más que centenaria y única en su género, situada en el centro del casco urbano, a escasos metros del mar. Pero no se encuentra por ninguna parte un triste cartel indicador que lo destaque, lo localice y cuente su historia. Así de desapercibido pasa "el Acequión", canal que conecta la laguna salada de Torrevieja con el mar y que con el pequeño puente de sillería que lo cruza han cumplido nada más y nada menos cinco siglos. Las obras de esta peculiar infraestructura que pretendía alimentar con agua del mar lo que se creía en el siglo XV podía ser una albufera para la explotación pesquera, concluyeron en 1509. Pero la efemérides de este quinto centenario -por extraño que parezca en una ciudad que no puede conmemorar asuntos de tanta solera-, pasó desapercibida en 2009. Tampoco es de extrañar viendo a simple vista el aspecto que presenta. En su cauce, que fluctúa en función de las mareas y los vientos, destaca la presencia de varios carros de supermercado que "navegan" por sus aguas entre otros residuos urbanos.

Propiedad de la empresa explotadora de las salinas de Torrevieja esta histórica infraestructura industrial, quien por el Acequión se interese tendrá que "buscarlo" entre los setos del parque de La Estación. Muchos visitantes lo conocen "por ese canal" que se pasa de camino a la playa o que se divisa desde la variante, y al que pocos le otorgan utilidad.

El canal sirve para dotar de agua de mar a la laguna de Torrevieja y en casos excepcionales, cuando el nivel del agua rebasa lo aconsejable, para que ese mismo agua de la laguna pueda salir al mar manteniendo un óptimo nivel hídrico en la zona lacustre para la explotación industrial, permitiendo aportar recursos hídricos para que por evaporación y saturación el fondo acumule una gruesa lámina de sal todos los años con la ayuda de las salmueras procedentes de Pinoso.

Albufera

Pero el canal no se ejecutó allá por los primeros años del 1500 con ese objetivo. Durante siglos la administración estatal intentó convertir la laguna en una albufera -la conexión con el mar era la del canal- y así explotarla para la producción pesquera. La salinidad de la laguna, que también recibe aportes del nivel freático -está siete metros bajo del nivel del mar- impidió en numerosas ocasiones que el proyecto saliera adelante.

El cronista oficial de Torrevieja, Francisco Sala señala que la primera mención a este proyecto aparece en el 28 de julio de 1386 cuando Pedro IV de Aragón da facilidades a la ciudad de Orihuela, a la que pertenecía casi toda la comarca, para transformar la laguna en una albufera, y el canal tenía un papel esencial. Las obras comenzaron en 1482 pero la explotación pesquera nunca llegó a funcionar con el rendimiento esperado. Tardarían las autoridades 200 años más en percatarse de las fabulosas posibilidades que ofrecía la laguna torrevejense para otro tipo de explotación, la salinera, y hacia mediados del siglo XVIII comenzaron a funcionar las salinas que acabarían conformando un núcleo de población cada vez más importante alrededor de la industria blanca dando forma a lo que hoy es Torrevieja.

Junto al olvido y al abandono que se observa en la zona, una última amenaza se cierne sobre este ejemplo, sencillo y único, de patrimonio de arqueología industrial de Torrevieja. El tramo final del proyecto de canalización de aguas pluviales que debería solucionar los problemas de aguas torrenciales en muchos puntos del municipio tiene como salida al mar este canal.

Pero como es lógico, si algún día se lleva a cabo, exigirá la reurbanización de todo el tramo, que perderá su aspecto original desde la variante al mar, embutido en hormigón, y forzará el cambio de ubicación del puente.

Algo que desde el punto de vista legal no es tan fácil porque la infraestructura es una de las que aparece protegida en el Plan General. Aunque también lo estaba el canal que conectaba la laguna de La Mata al mar, y un tramo importante acabó desapareciendo bajo un aparcamiento porque el paso de agua molestaba a los residentes de los inmuebles turísticos. Sólo cabe esperar que el de Torrevieja corra mejor suerte.

Limpieza para dejar pasar el agua

La empresa que explota las salinas de Torrevieja realizó a principios del pasado mes de marzo una limpieza en el canal. Las altas presiones dejaron el nivel del agua del canal bajo mínimos. Los residuos acumulados impedían el paso del agua de mar que alimenta a las salinas por lo que se retiraron muchos de los residuos que los vecinos tiran directamente al Acequión, aunque pronto vuelve a llenarse de desperdicios. Las salinas, propietaria de la infraestructura, en la medida de sus posibilidades, ha realizado también una poda y limpieza de la vegetación y la hilera de ajardinamiento que flanquea el canal. d. P.