La calle Islandia aparece en todos lo mapas de callejeros del Ayuntamiento, desde finales de los 80 hasta las versiones más actualizadas, incluso en las guías turísticas con una salida directa a la playa de Los Locos y su paseo marítimo. Pero eso sólo está sobre el papel de esos mapas y los del Plan General de Ordenación Urbana aprobado en1987 que establecía la expropiación del tramo final de la calle para darle una salida natural al vial. Veinticinco años después los vecinos que se asoman al balcón solo pueden intuir la presencia del mar que queda detrás del jardín privado de una de las construcciones antiguas de primerísima línea.

Promotores

Los promotores vendían las viviendas con unas vistas al mar de privilegio a la mayoría de los turistas que compraron su piso en el edificio Islandia 3, entre finales de los 80 y principios de los 90. Casi todas las familias venidas del norte de España, de Asturias, que han visto pasar, año tras año, sin que la calle se abriera. Es más, la especial configuración de la segunda línea de playa en esta zona del casco urbano hace que tengan que dar un rodeo importante para recorrer el tramo de poco más de 60 metros que separa el final de su calle del paseo junto al mar. O se van por la calle Noruega o recorren más de 200 metros hasta la calle del Palangre.

Durante unos años pudieron "atravesar" por uno de los grandes edificios que jalonan la primera línea de costa para alcanzar la playa, por "El Coloso", pero los residentes en este inmueble, hartos del trasiego por su patio, cerraron el paso a quienes venían de la "segunda línea".

La parcela que les oculta la playa tiene jardines descuidados, palmeras de gran porte y altas araucarias, además de varias viviendas de planta baja. Todo en estado de semiruina. El muro que cierra como un callejón todo el vial está repleto de pintadas. En algún momento de esta historia el solar acogió un popular bar veraniego, "El Manicomio", en homenaje al nombre de la playa.

Expropiación

En dos décadas no se puso solución al problema y ahora que el Ayuntamiento, tras un largo proceso judicial del propietario, ha admitido la reclamación para que sufrague los terrenos, 1.230 metros cuadrados y la apertura de la calle sea una realidad, el municipio no tiene liquidez para hacer frente al fallo que supone el abono de más de 2 millones de euros.

"Nos engañaron para comprar aquí"

A sus 70 años, Concha Quirós, gijonesa, no tiene ya muchas esperanzas de que las vistas de sus sueños al Mediterráneo y a la playa en su piso de vacaciones vayan a convertirse en una realidad. Afirma que muchos de sus paisanos asturianos "han vendido la casa desencantados" de que los hubieran "engañado" los promotores aunque también, asegura, por la masificación que ha sufrido Torrevieja durante estos años de crecimiento. "Algunos se han ido a Denia", asegura.

"Hemos explicado en el Ayuntamiento que al menos podrían adecentar la parcela en la que se iba a abrir la calle. Hay una casa de planta baja y un gran jardín, y se podría pasar de lado a lado". Una propuesta difícil puesto que a pesar de lo que dispone el Plan General se trata de suelo privado y más todavía si su propietario lleva pleiteando con el Ayuntamiento para que le expropien y le paguen lo que es justo por un suelo en el que no ha podido urbanizar en plena época del "boom". D. P.