Koria está a punto de cumplir los 20 años y su familia de acogida de San Miguel de Salinas, donde pasó buena parte de su infancia y juventud, no sabe nada de ella desde hace 19 meses. La muchacha llegó a San Miguel de Salinas dentro de un programa de ayuda al pueblo saharaui y los médicos no permitieron al concluir el mismo su regreso a su casa en Tinduf (Argelia) por sufrir una grave dolencia cardiaca.

Así pasó los últimos años con Bienvenida Campillo y José Vicente Mañogil, su familia de acogida. A comienzos de 2011 volvió a su casa a pasar unas vacaciones, acompañada de Campillo y el día del regreso la aislaron y se la llevaron a varios kilómetros de distancia y no la han vuelto a ver. La familia española comenzó entonces una batalla que a día de hoy no ha dado fruto porque Koria, "por su enfermedad, no puede resistir las duras condiciones del desierto. Si le pasa algo, si muere, la culpa será de las autoridades", acusan. La joven sufre dolencias crónicas, que necesitan medicación permanente y revisiones médicas periódicas, recuerdan, pero lleva "19 meses incomunicada en mitad del desierto". A pesar de los intentos de la familia de acogida por comunicarse con ella y con sus padres biológicos todo ha sido inútil. "El gobierno saharaui no ha facilitado, en todo este tiempo, ni una entrevista, ni siquiera una llamada de teléfono de Koria, con su familia de acogida", que la quiere como a una hija porque pasó diez años bajo su protección.

En estos 19 meses, Bienvenida y José Vicente, respaldados por la Comisión por la Libertad de Koria, se han entrevistado con distintos miembros del gobierno saharaui, tanto en Madrid como en los campamentos de refugiados de Tinduf, sin que hayan obtenido resultado. Tanto el delegado Saharaui para España, máximo representante del Polisario en España, como el ministro de Sanidad saharaui e, incluso, un representante del presidente saharaui Mohamed Abdelaziz, los han recibido "con buenas palabras pero con nulo interés por la vida de una de las jóvenes de su pueblo".

La familia de acogida dice que es incomprensible que "los que reclaman el cumplimiento de los Derechos Humanos para su pueblo, frente a la ocupación de Marruecos, sean tan insensibles ante un miembro de su propio pueblo que puede morir".Bienvenida y José Vicente han viajado en varias ocasiones a los Campamentos de Tinduf y conocen muy de cerca las condiciones de vida de los refugiados saharauis. La familia de acogida cuenta que en lo que se refiere a las condiciones sanitarias las carencias son enormes, apenas tienen médicos y los pacientes son atendidos por enfermeros, pero a día de hoy, no hay solución.