José Antonio Quesada (Torrevieja, 1971) abrió anoche las fiestas patronales en honor a la Inmaculada Concepción, "La Purísima", como se nombra la Patrona entre los torrevejenses. Lo hizo en la Iglesia Parroquial de la que es titular esta advocación mariana, referencia e icono de identidad para creyentes y no creyentes en una ciudad que cuando llega diciembre todavía tiene a gala mostrar sus raíces más populares.

Y lo hizo con un pregón enmarcado en la celebración del Año de la Fe que declarara el Papa Benedicto XVI y cimentado en la profundidad del hecho religioso, en el que realiza un recorrido por las vivencias de la Virgen María en torno a la fe y su asunción como don divino.

Presente a lo largo de toda su intervención mantuvo la fe cristiana como fuente de la que mana el sentido de la vida y el sentido de las fiestas como componente lúdico de la vida, subrayando que los actos que se desarrollarán durante la primera semana de diciembre y hasta el día 8, dentro del programa de fiestas en honor a la Patrona de Torrevieja, carecerán de sentido si no se recuerda que surgen precisamente para honrar a La Purísima.

Hijos

Quesada, quien trabaja como funcionario en la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento torrevejense, fue presidente de la Asociación de Hijos de la Inmaculada entre 2003 y 2007, y continúa implicado en la actualidad en el entramado sociocultural local como presidente de la Coral Francisco Vallejos.

Su paso por la Asociación encargada de velar por las cuestiones de la Patrona moduló una de las partes más sentidas del pregón religioso, al querer compartir con los asistentes al acto su experiencia personal en esta asociación donde le tocó asumir, entre otros muchos retos, explicó durante su pregón, la responsabilidad de la restauración de la imagen de la Purísima, llevada a acabo en 2003 y en la que la talla estuvo fuera de la ciudad durante 70 días, o la celebración del 150 aniversario de la definición dogmática de la Inmaculada en 2004 con los numerosos actos conmemorativos desarrollados.