Un simple tropiezo en la montaña puede tener consecuencias económicas graves para el accidentado si necesita que suban a rescatarle: Hasta 3.000 euros piden los servicios de emergencia autonómicos al afectado para movilizar un helicóptero si la herida no es vital. Por eso la pasada semana un hombre de 36 años y más de cien kilos fue rescatado por 14 personas (seis bomberos, agentes de la Policía y miembros de Protección Civil) y bajado a pulso en una camilla desde la zona más alta de la montaña, a 400 metros, porque la entidad que había organizado la salida a la montaña (la Unidad de Conductas Adictivas) no accedió a pagar ese sobrecoste. La operación duró seis horas y el Ayuntamiento tiene que costear ahora las horas extra que hay que pagar (a razón de 26 euros) a quienes estuvieron trabajando fuera del horario porque les pilló poco antes de su cambio de turno. Lo mismo tendría que hacer el Consorcio de Bomberos de la provincia, por lo que se podría dar la situación de que la Diputación le pase la factura al herido.

A pesar de que los ciudadanos ya pagan a través de sus ayuntamientos cuotas para ser asistidos por los Bomberos o los servicios de emergencias, precisar atención por una imprudencia o una negligencia puede ser toda una ruina dar la voz de alarma (una quema descontrolada de podas puede suponer una multa del Seprona de 2.000 euros más movilizar los vehículos de extinción). Incluso si la urgencia no es grave, como en el caso del rescate de la semana pasada, uno se puede encontrar con que le cobren la asistencia o con que los medios se movilicen a medias por los recortes.

El alcalde de Orihuela, Monserrate Guillén, no criticó ayer el hecho de que el helicóptero le fuera negado al herido y señaló que la asistencia de este tipo está reservada para casos de extrema urgencia. En cualquier caso, los sindicatos de profesionales de este sector sí han venido denunciando últimamente que recursos como el helicóptero estén parados cuando se necesitan y el peso de ese ahorro recaiga sobre el personal.

Precaución

El jefe de Protección Civil, José Andújar, y el coordinador de Emergencias, Jesus Rodríguez, pidieron ayer junto al alcalde que los vecinos que salgan a pasear por la montaña extremen la precaución y sigan una serie de consejos (reflejados junto a estas líneas) porque cualquier accidente les impedirá bajar por sí mismos.

Este mismo año se han efectuado siete rescates en la Sierra de Orihuela. Un joven cayó a un barranco cerca del Pinar de Bonanza y pudo ser rescatado porque alguien le oyó pedir ayuda, ya que quedó atrapado en un lugar poco visible y sin saldo en el móvil. Otros dos amigos de Redován subieron sin conocer la senda a La Muela y se perdieron porque la niebla tapó la cruz que les servía de referencia (cuando el helicóptero llegó abajo se enteraron de que les pasarían el gasto). Guillén insistió en la prudencia para evitar los casos que sean evitables.