Aparcamiento del centro comercial Ociopia de Orihuela. Ocho de la mañana. Tres autobuses llenos hasta la bandera inician la marcha para trasladar a decenas de vecinos hasta la capital valenciana. Llegan al palacio de la Generalitat casi cuatro horas más tarde. Comienza entonces la protesta por estar recibiendo atención sanitaria en barracones en el Centro de salud del Rabaloche desde hace una década. Pasan más de dos horas y ningún cargo del gobierno autonómico accede a reunirse con ellos. Pero no se dan por vencidos. Seguirán reclamando un centro médico de ladrillo y volverán a sacarle los colores al Consell una y otra vez hasta que el proyecto se materialice.

El presidente de la Asociación vecinal Rabaloche y Oriol, Monserrate Molera, explicaba ayer a INFORMACIÓN que ya sospechaba que nadie del gobierno autonómico del Partido Popular iba a dar la cara para explicarles por qué después de diez años no se han destinado fondos para construir un Centro de salud de ladrillo y cuál es el plan que baraja la Generalitat para acabar con una situación "vergonzosa".

Un día antes, el jueves, alguien de la Conselleria de Sanidad le comunicó por teléfono que el conseller de este área accedería a reunirse con los portavoces de la concentración siempre que la protesta se desarrollara frente al edificio que alberga las oficinas de esta Conselleria. Según parece, querían evitar a toda costa una nueva manifestación frente al palacio del Consell, lugar en el que se ha convertido en un lugar de concentración de grupos de toda índole que protestan por los recortes y los impagos que acechan al gobierno autonómico.

"Una pantomima"

"Nos dijeron que (el conseller) nos recibiría si cambiamos el acto y en vez de en presidencia lo hacíamos en la sede de la Conselleria, pero no había nada por escrito. Era una pantomima más del Consell", resume Molera.

No obstante, el hecho de sospechar de antemano que ningún cargo del gobierno valenciano les abriría la puerta no minó los ánimos de los asistentes a la protesta. A la llegada de los tres autobuses a Valencia, con cerca de 150 personas, se sumaron otros participantes que se desplazaron en sus propios coches e incluso personas de otras partes de la comunidad que llegaron en representación de la Federación de Asociaciones de Vecinos. Sumaron fuerzas para gritar consignas con las que criticar la falta de una infraestructura sanitaria vital para Orihuela, exhibieron pancartas de rechazo y aguantaron varias soras bajo el sol y la lluvia para que en Valencia se enteren de qué es lo que está ocurriendo en Orihuela.

A la protesta se sumaron concejales y representantes políticos oriolanos como el edil de Los Verdes Manuel Gallud, los socialistas Carolina Gracia, Emilio Zaplana o Antonio Zapata, los liberales Pedro Mancebo y Juan Ignacio López-Bas o Carlos Navarro, en representación de Izquierda Unida, que acudió acompañado de la diputada autonómica de esta formación de izquierdas Esther López. No acudió sin embargo ningún concejal del PP.

Aunque la protesta culminó sin ni siquiera una invitación para reunirse en fechas próximas y escuchar a los vecinos, las actividades para reclamar el Centro de salud no acabarán con la concentración de ayer.

"Volveremos a Valencia las veces que haga falta y con los autobuses que hagan falta ", concluyó Molera, quien no vaciló al afirmar que volverán a pedir al Ayuntamiento oriolano que subvencione de nuevo los autobuses "para reclamar un derecho que se nos niega desde hace una década" y en seguir invitando a los ciudadanos a participar en sus actos reivindicativos.