La Plaza de Toros de Orihuela será derribada en breve después de que la Concejalía de Urbanismo aprobara el pasado 9 de abril la adjudicación del proyecto, la dirección de la ejecución y la coordinación en materia de seguridad y salud al arquitecto técnico Rafael Legidos Ibáñez por un importe que asciende a 4.720,00 euros (iva incluido). La demolición del coso taurino, que en 2007 cumplió un siglo de vida (aunque estaba ya entonces cerrado desde hacía 21 años), abre una incógnita sobre el futuro que se dará a este amplísimo solar del municipio; probablemente, el mejor de los existentes, lo que da paso también a un periodo de reflexión sobre cuál será su futuro algo que, probablemente, quedará ligado al nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

El coso oriolano está cerrado desde 1986 porque no se ajustaba a la normativa en materia de Policía de Espectáculos y Actividades Taurinas de Carácter Público y su acondicionamiento a la legalidad hubiera supuesto una inversión que no se justificaba con el beneficio que se podría obtener. El Ayuntamiento adquirió la propiedad a mediados de la década de los 90 después de años cargados de vicisitudes sobre la especulación de ese suelo en el centro urbano y siempre avivada la polémica por el estado del inmueble, que se iba deteriorando poco a poco sin uso ni utilidad en una zona de crecimiento.

De hecho, a día de hoy el riso superior de la andana se ha venido abajo, pero durante los últimos años se han sucedido las caídas a la vía pública de elementos de la fachada. Es más, en 2012, cuando el entonces concejal de Infraestructuras, Pablo Vidal acondicionó en los alrededores una zona de aparcamiento, recordó que lo primero que había tenido que hacer antes de comenzar los trabajos era, precisamente, afianzar o retirar cornisas o trozos en mal estado.

El equipo de gobierno de Orihuela aún no ha dicho lo que pretende hacer en el solar pero es evidente que retirar el inmueble y la imagen de desidia que supone en una de las zonas más importantes del municipio era una necesidad imperiosa. Aún y así, en Orihuela aún se debatía en muchos foros, aunque especialmente los taurinos, sobre si debe conservarse la fachada o no; de hecho, cuando hace un siglo se construyó se puso especial interés en lograr que ésta fuese especialmente bella para no desmerecer con el "riquísimo patrimonio artístico circundante", recuerda la revista Portal Taurino.

Imposible

En cualquier caso, la Concejalía de Urbanismo ha abierto un expediente que tras la decisión del pasado 9 de abril ya no tiene marcha atrás y que no debe sorprender a nadie porque desde 2009 tendría que haberse ejecutado por el Partido Popular (PP), que lideró la iniciativa a través de su entonces concejal de Urbanismo, Antonio Rodríguez Barberá.

El edificio dejó de estar protegido tras un informe en 2008 los técnicos municipales en el cuál se aseguraba que era prácticamente imposible su conservación. Un año después, el 29 de abril de 2009, el pleno descatalogó el coso taurino dando un paso definitivo hacia su derribo. Aquella decisión, es curioso, fue entonces rechazada por los grupos municipales del PSOE y de los Los Verdes, los mismos partidos que ahora, formando coalición de gobierno, han decidido dar ese paso. En cambio, PP y CLr aprobaron hace cuatro años que ya no tenía sentido mantener aquel inmueble y que se le tenía que dar una solución.

En 2010, Mónica Lorente, entonces alcaldesa, presentó un proyecto de recinto multiusos que debía acometer la iniciativa privada sin que empresa alguna, en plena crisis, se interesara por ese proyecto.

En 2012, tal y como publicó INFORMACIÓN, el equipo de gobierno que entonces formaban PSOE, Los Verdes y CLr-Claro estudió otro proyecto, mucho más ambicioso, porque además de plantear un centro multiusos, incluía un hotel y un centro comercial sobre la misma parcela. Ahora bien, éste se planeaba ocupando también los terrenos del estadio de Los Arcos, otra asignatura pendiente de Orihuela, porque presenta también un elevado grado de deterioro que obliga a plantear desde hace años la construcción de uno nuevo. De hecho, durante la anterior legislatura el PP anunció en nuevo campo, con capacidad para 15.000 personas y en una nueva Ciudad Deportiva que nunca se levantará. Entre otros motivos, porque la subvención para la primera fase, de más de 3 millones de euros, se desvió a la ampliación del Ayuntamiento. La Plaza de Toros de Orihuela, una reminiscencia del pasado, se enterrará en cuestión de meses. Probablemente este verano, aunque a partir de ahora se volverá a hablar de ella y de lo que fue.