El contrato fue adjudicado en el mes de abril por 6.755 euros (IVA incluido) pero la faena no se ha llevado a cabo hasta estos días. La empresa adjudicataria tiene encomendado el lijado y saneado del trinquete, el mastelero y la mesana, además del parcheado de grietas con distintos productos, con un plazo de ejecución de 15 días. La singladura de esta embarcación, que permanece amarrada a puerto desde su construcción, ha sido de lo más singular. En 1999 el Ayuntamiento adquirió el barco original llamado Pascual Flores, que había sido construido en Torrevieja a principios del siglo XX, con objeto de recuperar la nave por su valor histórico para la ciudad, pero pocos años después tuvo que descartar su rehabilitación ante el mal estado del buque, y optar por una espectacular réplica de nueva construcción que solo conservó del original su nombre. Es un proyecto municipal valorado en 4,6 millones de euros. El casco y la arboladura se concluyeron en 2008 y la nave lleva ya varios años en el muelle del puerto pesquero como una pieza más de los museos flotantes de Torrevieja -comparte espacio con una patrullera y un submarino-. Nunca ha navegado y la Concejalía de Cultura y Turismo no permite las visitas. Sólo se puede contemplar desde el exterior.

El anterior alcalde, Pedro Hernández, concibió este proyecto como el futuro buque escuela de la Generalitat, según un protocolo de intenciones firmado en 2004 por el Ayuntamiento y el entonces presidente del Consell, Francisco Camps. Así navegaría llevando el nombre de Torrevieja por otros puertos. Pero dicho protocolo no llegó nunca a formalizarse y, a día de hoy, cinco años después de terminarse su construcción -los palos se ubicaron a principios de 2008-, y tres de estar amarrado a puerto (sólo se trasladó una vez para pasar la primera revisión en Dénia), han caducado todos sus permisos de navegación. Según los astilleros encargados de su construcción, el navío necesita una limpieza urgente para mantener en condiciones el casco de este barco que, paradojas del destino, lo más marinero que ha hecho es darle su nombre a una regata -el Trofeo Pascual Flores-, que ya va por su IV edición.