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Callosa de Segura

Los «selfies» de una ladrona desde mi móvil

Una callosina lleva meses recibiendo las fotos que se hacen desde el terminal que le robaron

Los «selfies» de una ladrona desde mi móvil

La joven que probablemente le robó el móvil tiene debilidad por fotografiarse a sí misma. También ella se ha contagiado por la fiebre del «selfie». Le encanta retratarse delante del espejo del baño, cuando sale de marcha con sus amigas e incluso cuando disfruta de un relajante baño de espuma, desnuda, en la bañera de su casa. Desde diciembre de 2013 una vecina de Callosa de Segura está recibiendo en su cuenta de «Dropbox» todas las fotos que se disparan desde el teléfono que le robaron pocas semanas antes. La nueva usuaria no ha desconectado esta aplicación y parece vivir ajena al hecho de que todas las instantáneas que se realizan desde el terminal son remitidas al instante a la verdadera dueña del móvil a través de Internet al quedar alojadas en «la nube».

Gracias a las cientos de fotografías que ha recibido durante todo este tiempo, la perjudicada por la sustracción del teléfono móvil ha podido saber que la joven que lo utiliza ahora vive en la capital rumana de Bucarest, o al menos la visita con cierta frecuencia. Los escenarios en los que se retrata han permitido a Inmaculada Arenas averiguar dónde y quién utiliza ahora el «smartphone» que le sustrajeron. De igual modo, las capturas de pantalla que la nueva usuaria realiza al terminal le han permitido saber que el idioma de utilización del teléfono móvil es el rumano y la ubicación que aparece junto a la famosa aplicación en la que se indica la hora y la ubicación han confirmado este hecho.

Eróticas

Según los documentos que recibe en su cuenta, la afectada por el robo también ha podido saber que la joven que ahora usa su teléfono mantiene con cierta frecuencia conversaciones de tinte erótico con otras personas. Así se desprende de las fotografías con poca ropa que se viene realizando a sí misma y que luego envía a algunos de sus contactos a través de conversaciones de «WhatsApp». Algunos de estos chats son guardados después como capturas de pantalla. Quizá para reenviarlas después a otros contactos o quizá para guardarlas como un curioso recuerdo. Quién sabe.

Robo

El robo del teléfono móvil se produjo el 5 de diciembre de 2013 en el término municipal de Elche, según se refleja en la denuncia interpuesta entonces en la Guardia Civil. La vecina de Callosa de Segura trabaja como comercial de una mercantil de congelados y ese día había acudido al Mercado de San José. Tras realizar unas gestiones y regresar a su vehículo, se percató de que habían forzado una de las ventanillas y se habían llevado su «smartphone». Ninguna cámara de seguridad grabó imágenes del robo y nunca se pudo saber quién lo perpetuó, pero sí quién se hace ahora «selfies» con ese móvil.

Tras adquirir un nuevo terminal de telefonía y descargar de nuevo la aplicación «Dropbox», empezaron a llegarle todas las fotografías que se habían seguido realizando desde su teléfono. La afectada puso los hechos en conocimiento de los agentes, pero éstos le comunicaron que si el teléfono se encuentra fuera del país no pueden hacer nada. Solo hay dos opciones, que fuese esa mujer la que lo sustrajo de su vehículo o que ella o algún allegado lo compraran en el mercado negro, puesto que la documentación del móvil obra en poder de su legítima dueña, que visualiza impotente el maratón de «selfies» que se realizan desde el terminal que pagó de su bolsillo.

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