Desentrañando los secretos de las ciudades perdidas de los incas

Un bombero alicantino participa en un proyecto en el que ayudan a arqueólogos a explorar lugares inaccesibles de Machu Pichu y otras zonas de los Andes

Un bombero de Alicante explorando el Machu Picchu

Alex Domínguez

Desentrañar secretos que llevan ocultos desde hace 500 años en la ciudad perdida de los incas. Entrar en lugares que durante siglos han estado prohibidos para el ser humano, o donde jamás ha puesto un pie el hombre al ser completamente inaccesibles... reservados para cóndores o pumas. Esta es la apasionante aventura de un bombero de Alicante, que forma parte de un grupo que ayuda y forma a arqueólogos o antropólogos para que puedan llevar a cabo sus investigaciones, sobre todo en el Machu Picchu (Perú), una de las siete nuevas maravillas del mundo.

Oro, plata, cerámicas, pinturas rupestres, momias y otros restos óseos, fósiles prehistóricos... los hallazgos que ha facilitado a los investigadores son innumerables, por no hablar de haber estado en enclaves espectaculares, tanto al aire libre como en las entrañas de la tierra. Y cada año regresa a Sudamérica junto a sus compañeros en una iniciativa altruista que, además de poner en valor el patrimonio local, permite formar a la población local y que ha facilitado que cuenten en la zona con un grupo de rescate, favoreciendo así la economía de la zona, otro de los objetivos del proyecto.

El equipo del Proyecto Ukhupacha entrando a la ciudadela de Machu Picchu

El equipo del Proyecto Ukhupacha entrando a la ciudadela de Machu Picchu / Ukhupacha

Iñaki Sáez reside en San Vicente del Raspeig, es oficial del Consorcio Provincial de Bomberos y desde hace más de 15 años forma parte del proyecto "Ukhupacha", que en quechua -la lengua nativa de la zona- quiere decir "mundo de dentro". Un término muy relevador para entender el objeto de este grupo: acceder a cavidades, cuevas y simas. De ahí que sean apasionados de la escalada y la espeleología.

Todo empezó con un grupo de amigos en 2000 que quedaron para explorar zonas inaccesibles de Machu Picchu. Pero cuando los arqueólogos que allí había vieron lo que hacían, colgados de paredes a las que ellos soñaban en vano acceder, rápidamente les pidieron su colaboración para llegar a sitios que solo podían atisbar con prismáticos. Así nació en 2002 una colaboración con el Ministerio de Cultura de Perú que se alarga ya más de 20 años. Una experiencia que se ha traducido incluso en una tesis doctoral en la UA sobre arqueología vertical, obra de Iñaki Sáez.

Una docena de aventureros

"Ukhupacha" está compuesto por una docena de bomberos, efectivos de rescate e investigadores de Alicante, Madrid, Castellón, Canarias, Polonia o Perú. Son apasionados de la escalada, espeleología, buceo, barranquismo... la montaña les vuelve locos. Y ayudan a la comunidad científica a desentrañar los secretos de Machu Picchu y otros enclaves precolombinos. Se dedican a ello al menos 20 días entre septiembre, octubre y noviembre, en los que además necesitan aclimatarse a la altura para poder trabajar, ya que por ejemplo Machu Picchu se encuentra a 2.400 metros de altura, y han llegado a realizar intervenciones a más de 5.000 metros de altura.

Iñaki Sáez, bombero alicantino del proyecto Ukhupacha,en el parqye de San Vicente con una foto suya en Perú

Iñaki Sáez, bombero alicantino del proyecto Ukhupacha,en el parqye de San Vicente con una foto suya en Perú / ALEX DOMÍNGUEZ

"Somos un grupo de amigos, que venimos del mundo de las ONG, y que nos juntamos al menos una vez al año", explica Sáez, que destaca que en el tiempo que lleva el proyecto en marcha "hemos estado 12.000 horas realizando trabajos en suspensión, sin un solo accidente". Con ellos han colaborado la Universidad de Alicante, la Universitat Jaume I de Castellón (UJI) y la Universidad Central de Florida. Y el proyecto se centra en facilitar el acceso a los emplazamientos de difícil acceso, situados tanto en paredes de la montaña como en cuevas. Muchas veces son las dos cosas, cuevas a las que se llega a través de paredes aparentemente inaccesibles.

Así, la mayoría de expediciones han sido a Machu Picchu, la ciudad perdida de los incas, ya que allí es donde se desarrollan la mayor parte de los las investigaciones por su potencial turístico y el interés del gobierno peruano en ponerlo en valor. "El objeto principal es el de acompañar a los científicos investigadores a aquellos lugares inaccesibles mediante técnicas de acceso mediante cuerdas. Gracias a estas técnicas hemos conseguido dar visibilidad a todo este patrimonio que hasta entonces se encontraba oculto. Hemos trabajado a lo largo de todo el recorrido de la cordillera andina, Ecuador, Bolivia y Perú... concentrándonos sobre todo en Perú".

Una de las expediciones en los Andes

Una de las expediciones en los Andes / Ukhupacha

La ciudadela de Machu Picchu

De Machu Picchu este bombero sanvicentero destaca sobre todo la calidad arquitectónica de la ciudad, estando dos terceras partes de la misma bajo tierra. Así, la primera actuación de "Ukhupacha" fue una colaboración con geólogos italianos que querían estudiar cómo la ciudadela, cuyo origen no se ha aclarado si era militar o un santuario, se ha podido mantener el pie después de tantos años, estando en una falla geológica. Así, ayudaron para acceder con cuerdas a 30 cuevas para comprobar la extraordinaria cimentación de Machu Picchu, que está muy bien drenada, lo que ha hecho posible que llegue hasta nuestros tiempos en tan extraordinarias condiciones.

Después de aquel primer trabajo, han seguido colaborando, sobre todo con arqueólogos y antropólogos, para sacar a la luz los secretos de Machu Picchu, sin cobrar nada. En sus labores también emplean drones para llegar a lugares inaccesibles. "Los drones son fabulosos, pero los investigadores necesitan tocar, ver, tomar muestras... además, en las cavidades es difícil usar el dron al perder el GPS, por lo que necesitan que les llevemos hasta allí".

Las fases

Eso sí, el dron permite muchas veces descartar accesos donde queda claro que no hay nada interesante en la fase exploratoria. Y es que primero los miembros de este proyecto realizan una fase exploratoria, para evaluar dificultades, poner cuerdas y comprobar que vale la pena llevar hasta allí a los arqueólogos. Después, de tener interés el enclave, se pasa a una segunda fase de formación de los investigadores para que tengan unos conocimientos mínimos y necesarios para manejarse con las cuerdas. Y la tercera es ya la expedición con los investigadores hasta el lugar, con el objetivo de sacar a la luz los secretos de la montaña.

Otra de las expediciones

Otra de las expediciones / Ukhupacha

Así, recuerda una de las expediciones en Perú a una sima vertical que bajo tenía un lago, "un lugar espectacular", en la que encontraron un fósil de 12.000 años de antigüedad, que constituyen los restos mejor conservados del mundo de Smilodon, conocido también como "tigre de diente de sable".

Doscientas momias en el "pueblo de las nubes"

En una de sus intervenciones, en la zona de Leymebamba, que quiere decir "pueblo de las nubes", situada a 3.400 metros de altura, al norte de Perú, con la colaboración de la Universidad de Florida y National Geographic, accedieron a una necrópolis de los antiguos "sacha puyas" (chachapoyas, 800 a 1432 dC). Se encontraba en una pared de 700 metros, completamente inaccesible, en la que hay unas cavidades, algunas naturales y otras talladas por este pueblo precolombino.

Se trata del yacimiento de La Joya, en el departamento Amazonas, donde los especialistas instalaron las cuerdas, anclajes y todo lo necesario para penetrar en este lugar sagrado. Por ello, antes, los indígenas realizan un ritual para permitirles entrar en todas sus expediciones. Acceden con el visto bueno de la madre tierra.

El grupo accede a las zonas más complicadas de los Andes

El grupo accede a las zonas más complicadas de los Andes / Ukhupacha

La hipótesis de cómo accedieron hasta allí los nativos para enterrar a sus antepasados e incluso excavaron algunas de las cuevas de la pared, es que debían anclar en la pared maderos de forma que les servía de pasarela, y cuando terminaban, rompían las maderas para evitar la acción de los saqueadores.

Aunque había zonas expoliadas, en la parte central, la de más difícil acceso, encontraron 200 momias en perfecto estado, salvo alguna dañada por los únicos moradores de la zona: los cóndores. Así, estas momias fueron trasladadas a un museo de la zona. Y los anclajes que emplean en sus intervenciones son retirados tras la actuación, para evitar saqueos y dejar el lugar como estaba. Y es que siempre emplean anclajes extraíbles para evitar un impacto en la zona de la cordada.

Tesis doctoral sobre la arqueología vertical

El impacto de la labor de "Ukhupacha" ha sido tal que Sáez acaba de presentar en la Universidad de Alicante una tesis doctoral bajo el título "Arqueología vertical. Seguridad en la utilización de cuerdas para la investigación científica en culturas andinas precolombinas". En este trabajo, entre otros aspectos, se establece un procedimiento de trabajo seguro para el acceso de arqueólogos e investigadores a lugares caracterizados por la verticalidad. Se ha realizado dentro del Programa de Doctorado en Humanidades y Estudios Sociales de América Latina que propone el Instituto Universitario de Estudios Sociales de América Latina, obteniendo un sobresaliente cum laude.

Saqueadores

En La Joya, al igual que en otros enclaves explorados, encontraron objetos de oro o plata, aunque para las culturas precolombinas estos metales no eran tan apreciados como para el mundo occidental. Y también se encontraron con los saqueadores. Y es que llegaron a quemarles las cuerdas cuando estaban colgados de ellas, afortunadamente sin consecuencias, ya que siempre trabajan con doble seguridad y hay un nudo en cada anclaje. Y desde entonces "tomamos precauciones y dejamos a alguien de la zona vigilando arriba".

El grupo enseña a la población local los secretos de la escalada

El grupo enseña a la población local los secretos de la escalada / Ukhupacha

Al margen de saqueadores, este bombero destaca que no han tenido ningún accidente en todo este tiempo, ya que la seguridad es prioritaria y todo lo tienen por duplicado para evitar problemas. Y también se dan casos en los que el investigador carece de las capacidades necesarias para poder emplear esas cuerdas por mucha formación que se les dé, y finalmente tiene renunciar al ir con el resto del equipo. "Es algo que lo ven tanto ellos como nosotros".

Culto por los antepasados

Sáez ha destacado que "lo que más llama la atención es el culto por los antepasados, por lo que desarrollaban mucho patrimonio arquitectónico y constructivo en sitios espectaculares. Lo que más llama la atención es que construyeran en lugares que hoy en día serían impensables. Se caracterizan por la verticalidad, podían mover un bloque de piedra de 20 toneladas a una altitud de 4.000 metros y colgado de una pared con un precipicio de 700 metros. Hoy en día con la maquinaria actual tendríamos muchísimas dificultades".

El grupo ha hallado numerosas pinturas rupestres

El grupo ha hallado numerosas pinturas rupestres / Ukhupacha

Y también son muy llamativas las pinturas rupestres que se encuentra en lugares increíbles, a mitad de una pared inaccesible, en lo alto de la bóveda de una cueva a la que hace miles de años que no entra nadie, preguntándose cómo llegaron hasta ahí. Unas pinturas además que se calcan o fotografían para poder reproducirlas y que no se pierdan.

Guarida de pumas

Este grupo ha realizado el primer levantamiento topográfico integral de una cueva en Perú, en 2022, para lo que entraron en la gruta por un lado, y salieron por otro, encontrando restos arqueológicos y pinturas rupestres, ya que suelen ser las entradas a cuevas zonas de ofrendas y sacrificios. Y resultó además ser guarida de pumas, aunque afortunadamente no se toparon con ellos. Los dos accesos eran conocidos, pero no se sabía si estaban conectadas, algo que confirmaron los miembros de "Ukhupacha".

Preparación del acceso al templo mayor (El Tintero) de Kuélap, en Perú

Preparación del acceso al templo mayor (El Tintero) de Kuélap, en Perú / Ukhupacha

Actualmente están colaborando en un proyecto con el Ministerio peruano para reconstruir uno de los caminos incas perdidos de Machu Picchu. Y es que hasta hace poco solo se conocían dos caminos, pero existen otros que han ido desapareciendo por las lluvias o engullidos por la selva, y el grupo de Sáez se ocupa de realizar un levantamiento topográfico del camino, descolgándose con las cuerdas por donde iban los caminos que se han interrumpido, y con esos datos el Ministerio se ocupará de su reconstrucción. Así, se podrá dotar de otras salidas a este enclave turístico de primer orden en caso de una emergencia.

Del mismo modo la relevancia del proyecto "Ukhupacha" en la zona es muy grande, ya que los accidentes se han multiplicado en Machu Picchu en los últimos años, ya que son más de 4.000 los turistas que pasan por allí todos los días, y el país carece de los medios con lo que cuenta por ejemplo España. Por ello se le ha enseñado qué hacer en caso de tener que realizar un rescate, nociones de escalada, atención médica, y se les han dejado material por valor de 20.000 euros donado por una empresa de material de escalada. Así, han formado a más de 200 especialistas en el manejo de las cuerdas, cuenta con un grupo de rescate y la gente de la zona puede ganarse la vida también ayudando a los arqueólogos en sus exploraciones, para poner en valor los tesoros que aún esconde la América precolombina.

Formación de la población local por parte de Ukhupacha

Formación de la población local por parte de Ukhupacha / Ukhupacha