La moda de mojarse con un cubo de agua helada para contribuir a una causa solidaria ha aterrizado con fuerza en Orihuela. Varios empresarios, políticos y hasta el párroco de la iglesia de las Santas Justa y Rufina, el padre José Luis Satorre, han sido los primeros en aceptar este divertido reto iniciado por cuatro amigos oriolanos con el objetivo de recaudar alimentos para Cáritas. La organización de ayuda humanitaria recibió ayer casi 1.000 kilos de arroz, legumbres, leche, galletas y aceite, entre otros productos, gracias a que la concejala Carolina Gracia, el citado sacerdote y un amigo de los impulsores de esta iniciativa aceptaron este divertido desafío que va camino de convertirse en una campaña viral porque ya hay nuevos nominados que han aceptado refrescarse para seguir la cadena.

La línea empezada por los creadores del llamado «Ice Bucket Challenge» para promover la investigación y ayuda a los enfermos de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), y que ha conseguido la implicación de cientos de personas en todo el mundo, sirvió de inspiración a los oriolanos Paco Marcos, Pedro Meseguer, Luis Gilabert e Ignacio Rosa para impulsar este reto a nivel municipal. Nominaron al párroco Satorre, a la portavoz del equipo de gobierno de Orihuela, Carolina Gracia, así como a los concejales David Costa (PP) y Pedro Mancebo (CLr). Ayer, la edil, el cura y un nominado por este último, Mariano Martínez, aceptaron mojarse con agua helada para ayudar a esta iniciativa y retaron a más personas a seguir participando a cambio de entregar alimentos a Cáritas.

Los primeros en realizar este gélido desafío fueron el sacerdote y Martínez, quienes convocaron a los medios de comunicación a mediodía en la Plaza de las Salesas para dar fe de que apoyan la iniciativa dejando que se les derramara el cubo de agua con cubitos de hielo que, de seguro, les mitigó en una milésima de segundo el sofocante calor del agosto oriolano. Gracias a esta acción, los cuatro impulsores de esta iniciativa cumplieron su palabra y entregaron tres palés con 900 kilos de alimentos que serán repartidos entre los más necesitados del municipio.

El sacerdote señaló tras disfrutar del helado chapuzón que desea que continúe este reto porque en verano hay muchos vecinos fuera y se necesita reponer alimentos que, gracias a esta acción, han llegado a Cáritas «como agua de mayo».

A las seis de la tarde llegó el turno de Carolina Gracia, que se mojó tras hacer su aportación de alimentos y nominó a otras tres mujeres de Orihuela y al presidente de la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos, Antonio Manuel García, quienes en los próximos días llevarán a cabo el reto y eligirán a otras personas para empaparse con el cubo de agua helada. ¿Será usted el próximo nominado?