El grupo naturalista Averaves contabiliza alrededor de 3.000 ejemplares solo en la orilla norte de la laguna de La Matagrupo naturalista Averaves alrededor de 3.000 ejemplares orilla norte , aunque apuntan algún centenar más en las orillas este y sur. El espectáculo está garantizado si se tiene oportunidad de contemplar algún grupo grande, cien, doscientos ejemplares. Se han estado viendo por la zona de Lo Marabú y por el paraje conocido como Isla del Raso desde finales del verano y se irán dispersando, desde ahora, conforme se adentre el otoño. Acostumbrados a la avifauna pequeña, los flamencos son para expertos y aficionados a la Naturaleza los grandes señores del humedal.
A La Mata acuden sobre todo para alimentarse y descansar, es su zona de repostaje en sus viajes migratorios alrededor del Mediterráneo Occidental. Para criar son más exquisitos, prefieren una nidificación tranquila en lugares que no puedan verse afectados por fluctuaciones del nivel de agua cosa que no puede garantizar el charco de La Mata, ligado a la explotación salinera y afectado también por una mayor presión de la actividad humana. Pero como lugar de alimentación el flamenco ha encontrado este año en las orillas de esta laguna un importante reservorio de Artemia salina, el pequeño crustáceo principal integrante de su dieta que le aporta al animal su elegante y característico color rosáceo. La relación entre ambos es tan estrecha que la artemia, que tiene que vivir en aguas salinas, pero no tanto, guarda el secreto de la presencia de los flamencos en la laguna. La de Torrevieja es difícil para la vida, y pese a que el rosa de sus aguas podría hacer pensar lo contrario, no es hábitat para la artemia.
La de La Mata, más rica en avifauna, se encuentra interconectada con aquella y con el mar, y su nivel de salinidad suele variar en función de las necesidades de la industria salinera torrevejense. ¿Por qué hay más flamencos que nunca en el espacio lagunar? La salinidad del agua se ha rebajado de 140 gramos por litro que se registraban en 2012 a unos cien en la actualidad -el mar tiene 38-. Unas condiciones mucho más favorables para que la artemia se reproduzca.
Miradores
Con los flamencos casi al alcance de la mano, los que quieran captar toda la belleza de estas aves que se vayan olvidando del móvil, la compacta o los «zooms». «Es muy tentador caminar hasta las orillas donde el gran grupo se encuentra descansado o alimentándose» para hacerles una foto, aseguran miembros de este colectivo conservacionista, pero «por cada paso nuestro que demos son cuatro que dan ellos alejándose de nosotros». Hay que estar instalados antes del amanecer, y «sobre todo con la autorización de administración en lugares y especies que así sea necesario según legislación vigente», recuerdan. Y para los aficionados que quieran inmortalizar un instante de naturaleza salvaje con la elegante figura de los flamencos en la laguna un último consejo de los especialistas: mejor admirar su imagen con unos prismáticos por sendas y miradores autorizados.
