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Vivir bajo la amenaza de un barrancotony sevilla

Orihuela y el miedo a la gota fría

Vivir bajo la amenaza de un barranco

Vecinos de Barrio Nuevo, pegados a la Sierra, abandonan sus casas por temor a los desprendimientos

Cataratas, piedras, troncos, arbustos e inundaciones con cada gota fría. Vecinos del entorno del Barrio Nuevo, que viven pegados a la Sierra, miran al cielo con temor cada vez que se esperan lluvias en la localidad. En algunos casos sus casas están prácticamente pegadas a la montaña, lo que supone un enorme peligro para sus viviendas. Y lo que es más grave, para su integridad.

Aunque el peligro por la cercanía de la montaña siempre ha estado ahí, aseguran que en los últimos años la situación ha empeorado de forma notable, pues a los desperfectos de las viviendas por el paso de los años, pues muchas algunas superan el medio siglo, se suma el deterioro de la sierra, con arbustos secos que son arrastrados por las aguas, árboles arrancados por la fuerza de la corriente y piedras que se deprenden por la erosión y el paso del tiempo.

Esta situación ha llevado a algunas familias a abandonar sus casas y reubicarse en otras viviendas, ya sea de alquiler o de familiares, aseguran. Otras, sin embargo, viven con el temor de que un día ocurra una desgracia pues no tienen otro sitio a dónde ir. Y es que no sería la primera vez que una vivienda queda destrozada por una roca o completamente inundada por «las cataratas», dicen, que caen por la Sierra.

Así es como describe uno de estos vecinos la cortina de agua que cae desde la montaña con cada lluvia. Hace dos años, «una piedra enorme destrozó el suelo de la terraza y llegó a una de las habitaciones de la vivienda», que hoy se encuentra vacía y que solo usa como cochera porque «aquí no se puede vivir», afirma.

«El vecino de la casa de al lado tiene niños pequeños. Cada vez que llueve tiene que alejar a toda la familia del patio, por miedo. Es una sensación de temor e inseguridad a la que nadie da solución», añade. Y es que son varios los vecinos que se han puesto en contacto con el Ayuntamiento para intentar buscar una solución sin respuesta, aseguran. Otro de los problemas ocasionados por las lluvias es la evacuación de las aguas. Rodeando toda la sierra existe un gran desagüe que va a parar a una calle paralela, frente a la primera línea de viviendas que están pegadas a la montaña. Ésta recoge las aguas de todos los alrededores pero la tubería que la expulsa a la calle no es lo suficientemente grande, por lo que en muchas ocasiones se crean «auténticas piscinas, hasta el punto de que se acumula y puede llegar a entrar por las ventanas que dan a la sierra, así que no se pueden imaginar hasta qué altura llega», añade. La situación se ve agravada por el hecho de que piedras, arbustos y restos de matorral taponan el desagüe, dificultando la correcta evacuación.

Desconchados

La acumulación de agua entre las paredes de las casas y el perímetro de la montaña también crea daños en la estructura, provocando rajas en algunas viviendas, humedades y desconchados de pintura. Los vecinos piden soluciones que parece que «no van a llegar nunca», lamentan, y critican «la dejadez del Ayuntamiento con este barrio, un barrio pobre, humilde, y donde los vecinos no podemos sufragar los daños que causan las lluvias cada vez que cae un aguacero, y tampoco estamos dispuestos a asumir los riesgos que supone para nuestra integridad física el hecho de tener piedras y árboles que, al estar secos, caen como lanzas sobre nuestras casas, y quien sabe si no caerán algún día sobre nuestras cabezas», apuntan.

Vídeo grabado el 28 de septiembre de 2012

Curiosamente, el Ayuntamiento presentó el lunes un proyecto de actuación «en el cinturón verde de la Sierra», que prevé actuaciones en el entorno de Barrio Nuevo y la calle Arriba, aunque mucho temen los vecinos que no serán suficientes porque el objeto de estos trabajos es hacer zonas visitables y de esparcimiento. Ya no solo se trata del problema de las lluvias, sino «del abandono generalizado del barrio, la distribución de las calles, el alcantarillado, el estado de acercas o la dejadez del mantenimiento de la vía pública», critican mientras vuelven a mirar al cielo sin saber cuándo las lluvias volverá a causar estragos, una vez más, en sus viviendas y si al final sus temores se convertirán en una triste realidad después de años de denuncias sin respuesta.

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