Seis motocicletas utilizadas por los agentes de la Policía Local de Torrevieja a diario no han pasado la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Paradójicamente estos vehículos son empleados por los policías, entre otras tareas, para poner multas a los conductores de coches y motos que no la tengan en vigor. Esta situación ha sido denunciada por el sindicato Sipol al intendente principal y al Ayuntamiento en varias ocasiones sin obtener respuesta. La ausencia de ITV, «infringiendo el reglamento general de vehículos» permite que el Ayuntamiento «no predique con el ejemplo de garantizar la seguridad vial en las calles de Torrevieja», valora la misma fuente sindical. Los plazos para pasar esta inspección en el caso de vehículos oficiales son más frecuentes que en los convencionales. Estos vehículos prestan su servicio en las áreas de Barrios y Tráfico. La Policía cuenta con un parque móvil de 20 scooters y cuatro motocicletas de mayor cilindrada. Además de esa media docena que no cumple con el requisito básico de tener la ITV vigente, otro grupo importante de vehículos de dos ruedas sobrepasa los 200.000 kilómetros realizados y los 15 años de antigüedad, con deficiencias evidentes, entre otras, en el sistema de frenado o neumáticos desgastados. Algo que, asegura el sindicato, «pone en peligro la integridad física de los agentes». Los policías motorizados no cuentan con la uniformidad con protección necesaria para conducir las motos, según las mismas fuentes, algo que, en opinión, vulnera la ley de Riesgos Laborales.
Mantenimiento
El mantenimiento de estos vehículos no los realiza un taller externo o personal técnico del Ayuntamiento. Está asignado, en una figura muy poco habitual en otras policías, aunque sí presente en algunas fuerzas de seguridad, a un agente de la plantilla con formación y especialización en mecánica de vehículos. Algo que los sindicatos no cuestionan aunque sí los medios con los que pueda contar para trabajar. Esta reclamación sindical se produce cuando el Ayuntamiento logró durante el año 2014, tras una dilatada tramitación burocrática, adjudicar el contrato para renovar toda la flota de coches patrulla de la Policía, más de quince vehículos, ahora recién estrenados y con los últimos equipos de seguridad. Contrato de arrendamiento que contempla también su mantenimiento en talleres.
Sipol atribuye, de nuevo, la situación en este aspecto del servicio policial a la «desorganización que reina en la Policía, en la que el intendente principal únicamente -dice- se preocupa de vulnerar los derechos laborales de los policías denegando por sistema permisos y licencias, además de perseguir a los agentes enfermos y poner obstáculos a la conciliación de vida laboral y familiar».
