Una buena sesión de maquillaje, pintura, pelucas con peinados imposibles, y looks explosivos fueron los protagonistas, una vez más, de la séptima edición del concurso de Drag Queens de Torrevieja, que se ha consolidado como una cita ineludible dentro de la programación del Carnaval de la localidad, declarado como Bien de Interés Turístico Provincial.
Los trece participantes de este certamen pusieron toda la carne en el asador para ser «la más mamarracha entre las mamarrachas», tal y como apuntaban ellos mismos en el «backstage». Los camerinos comenzaron a llenarse de participantes unas cinco horas antes de salir al escenario. Y es que el increíble trabajo de transformismo que realizan sobre el escenario no es una labor nada fácil.
Ya no se trata solamente de un arduo trabajo de caracterización, que en ocasiones supera las dos horas, entre «bases de maquillajes, ojos, cejas, labios, purpurina... todo lo necesario para ser una auténtica drag», señala otro de los participantes. El estilismo está cuidado hasta el más mínimo detalle. Desde lentillas de colores, a mil y un complementos estéticos y de vestuario que hacen que el espectáculo luzca en todo su esplendor.
Sin embargo, para ser una drag queen no solo es necesario una imagen trasgresora, sino que hace falta una buena dosis de ironía, desparpajo, buen humor y, sobre todo mucha cara dura. Los espectáculos de baile se completaron con todo tipo de chistes tan subidos de tono como desenfadados, diversas transformaciones sobre el escenario y un buen ambiente que sacó las carcajadas del público durante todo el espectáculo.
La competición reunió a artistas no solo de la Vega Baja sino de todos puntos de España, desde la vecina comunidad de Murcia hasta de Madrid, Toledo, Málaga o Cataluña. Y es que el certamen de Torrevieja ha ido ampliando fronteras cada año hasta atraer a grandes profesionales que se ganan la vida con estos espectáculos, además de servir de plataforma a aquellos que se inician en este arte y dan los primeros pasos sobre el escenario.
Finalmente, la ganadora de la noche fue Drag Debu, un joven de Torremolinos que dedica su vida profesional al baile, donde se ha alzado con un premio europeo de bailes de salón y que «cada carnaval, una vez al año y por pura diversión» organiza un espectáculo distinto. El público presagió su victoria con un estruendoso aplauso que puso en pie a todo el teatro.
