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Orihuela

La odisea de coger un tren

La nueva parada del ferrocarril desconcierta a los viajeros, que se han enterado del cambio «in situ»

Imagen de los andenes soterrados loino

Cuando los viajeros llegan a la nueva estación de Renfe, el desconcierto y la desubicación son las dos grandes protagonistas. Eso contando con que se llegue a la primera, pues muchos siguen acudiendo a la estación provisional instalada junto al puente de Arneva, ignorando que la intermodal es el «nuevo» punto de salida de los trenes. Quien recuerde, tras más de dos años cerrada, cómo era ésta, no apreciará ningún cambio hasta la hora de coger el tren. Al menos hasta que intente acceder a la vía. La puerta corredera que daba acceso a la plataforma se ha convertido ahora en un pasillo vallado con redes verdes que conduce a un edificio situados a unos 50 metros de la estación original, un pequeño edículo que tan solo alberga un ascensor y unas escaleras mecánicas que bajan a las diferentes vías del tren, ahora soterradas, y que serán las que use la línea de la Alta Velocidad a su paso, sin parada, por Orihuela.

Un cambio que ha cogido por sorpresa a la mayoría de los viajeros, que no terminan de entender el porqué han de abandonar una estación para dirigirse, por plena calle, hasta otro edificio al otro lado de lo que antaño fueron las vías de los trenes de Carcanías y Media Distancia.

Mayor desconcierto causa esta situación a los viajeros que llegan desde otras ciudades a Orihuela. Los que vienen habitualmente se extrañan de cómo el viernes hicieron el trayecto habitual, por la línea de Cercanías hasta la estación provisional, por lo que se encontraron completamente desubicados cuando a partir del domingo el tren cambió de vía y la parada de Orihuela Miguel Hernández quedó enterrada bajo la losa de hormigón que cubre el soterramiento de las vías. Al asombro de parar en terreno desconocido, se suma el hecho de que, al salir al aire libre, tampoco es posible ubicarse. El nuevo edículo de acceso está vallado por las obras que aún continúan en la losa, y hasta que no se recorre ese pasillo hasta la estación intermodal, muchos no saben dónde están o a dónde van.

La sensación aún es mayor teniendo en cuenta que a muchos toda esta situación le ha pillado por sorpresa. Un simple cartel instalado el viernes en la estación provisional, sobre una farola, advertía del cambio a los viajeros que repararon en él. Una información que para muchos ha resultado completamente ineficaz e insuficiente, como han apuntado los propios viajeros a INFORMACIÓN.

La estación provisional, sin apenas condiciones, sigue operativa, lo que aún provoca mayor desconcierto, aunque solamente para el caso de los autobuses, que aún no han regresado a la estación intermodal.

Megafonía

Para mayor saturación de los viajeros que utilizan ambos servicios, el tren y el autobús, la megafonía de la estación intermodal, desdela cual y hasta que terminen las obras junto a la losa solo saldrán los trenes, se informa también de la salida de los diferentes autobuses y los andenes donde realiza parada, como si esta la hiciera desde la propia estación, como antaño. Sin embargo, estas salidas siguen realizándose desde la estación provisional, a unos 400 metros de la intermodal. Esto puede provocar que, los usuarios más confiados, pierdan la línea de bus cuando la megafonía anuncia su «próxima salida», pues en el tiempo que tardan en llegar desde la estación intermodal (donde se produce el anuncio), hasta la estación provisional (donde realmente se coge el autobús), éste ya ha partido.

El problema afecta también a aquellos usuarios que hacen uso de los dos servicios de transporte: autobús y tren. Es el caso de Yolanda, una joven de Torrevieja que cada semana coge el autobús en la localidad salinera, y, minutos después de llegar a Orihuela, monta en el Cercanías que le lleva hasta Murcia, ciudad en la que reside por estudios. El viernes hizo el camino a la inversa, sin ningún problema, pero este lunes, ya con el cambio de estación realizado, perdió ese tren al tener que recorrer, maleta a cuesta, la distancia que separa las dos estaciones, ya que no tenía ni idea de que tenía que partir hasta la capital murciana desde una estación distinta a la que hasta ahora le había dejado su autobús.

La única ventaja, y en esto coinciden la mayoría de usuarios, es que el hecho de que la parada de tren se haya acercado a la ciudad, ha acortado el camino que los viajeros deben de recorrer tanto para subir al tren, como una vez llegados a la ciudad, pues «aunque son menos de 300 metros, se nota, sobre todo cuando hay prisa».

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