El muro privado que desde hace al menos 16 años impedía el paso de peatones y ciclistas por el Paseo Marítimo, que une Cabo Roig y Campoamor, fue derribado ayer. El Ayuntamiento abrió hace casi dos años un expediente de restablecimiento de la legalidad urbanística contra una urbanización colindante que instaló primero una valla y más tarde un muro que impedía el tránsito a la Playa de Aguamarina, obligando a los turistas a realizar un rodeo de dos kilómetros, desde Cabo Roig hasta Campoamor, para salvar una distancia que, de no estar el muro sobre suelo público habría sido de solo 200 metros.

El edil de Urbanismo, Antonio Zapata (PSOE), recordó que ha sido necesario «un largo periplo judicial» hasta que el TSJ les ha dado la razón para que finalmente una brigada procediera a derribar esta infraestructura, bajo la atenta mirada de vecinos que celebraron recuperar un paso «con excelentes vistas», tal y como apuntó el socialista, que criticó «la mala fe» con la que ha actuado esta comunidad ya que «aunque han ejercido su derecho a recurrir a la justicia, previamente sustituyeron el vallado por muro y reja».

Además, el coste del derribo, tras el fallo del tribunal, que asciende a cerca de 2.000 euros, según apuntó ayer Zapata, «será repercutido a la comunidad de vecinos, formada por 52 viviendas», por lo que cada uno abonará unos 40 euros por haber privado a los usuarios el paso durante años. Los operarios comenzaron a primera hora de la mañana a realizar los trabajos y, a pesar de que se temió que las inclemencias meteorológicas impidiesen su finalización, finalmente se pudo eliminar.