Casi cuatro años después de comenzar las obras del tren de Alta Velocidad Española (AVE) a su paso por el término municipal de Orihuela y cuando éstas están a punto de concluirse -de hecho, la fecha que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) dio al Ayuntamiento para ello fue mayo de 2015- el convenio que tiene que fijar las contraprestaciones entre ambas partes sigue sin firmarse y, lo más curioso, no se suscribirá esta legislatura porque así lo ha decidido el equipo de gobierno, según confirmó INFORMACIÓN.
El nuevo gobierno de la ciudad tendrá que asumir los costes y decisiones adoptados a lo largo de esta legislatura, entre los cuales se encuentra, por ejemplo, la ejecución de un cuarto paso y resolver la urbanización de la losa que cubre el trazado hasta la nueva estación subterráneo. Pero eso no es todo, ayer el edil de Urbanismo, Antonio Zapata (PSOE), anunció más cambios para intentar mejorar uno de los principales accesos que ha desaparecido: el paso subterráneo de la CV-95 que ahora estará en superficie y que obliga a la construcción de una rotonda que no cuenta con el respaldo de vecinos de la calle Temístocles Almagro ni de la dirección ni padres del colegio Oleza, que está colindante.
De hecho, el concejal aseguró que la misma no será redonda sino elíptica y que su construcción implicará no sólo a ADIF sino también a la Dirección General de Transportes de la Generalitat porque afecta a una carretera de su titularidad. El edil añadió que «en breve» se trasladará a la estación intermodal el servicio de autobuses que sigue desplazado en una parcela a unos 500 metros.
El edil plantea una solución que aleja este nudo de comunicación de la ciudad, de gran importancia, porque es utilizado entre 8.000 y 12.000 vehículos cada día. El concejal utilizó la expresión «extramuros» para explicar cómo circularán los vehículos sin necesidad de entrar todos por este acceso y poder discurrir por vías perimetrales para ir en otras direcciones.
