Un ritual centenario para pedir a Dios la bendición de todo el pueblo y, en especial, de sus cosechas, alejando todo mal de sus habitantes así como cualquier catástrofe natural que pueda dañar sus tierras. Este es el objetivo de las celebraciones en torno a la Fiesta de la Cruz, una tradición centenaria que los vecinos de Granja de Rocamora celebran cada 3 de mayo y que se ha convertido en una de las fiestas más destacadas del municipio.

Durante la mañana de ayer tuvo lugar la Bendición de los ires y la ofrenda floral a la Santísima Cruz. Se trata de un ritual que se remonta al siglo XVII y consiste en agitar las dos banderas de la Santa Cruz en la dirección de los cuatro puntos cardinales para implorar protección, frente al «Lignum crucis», una reliquia de la Cruz de Jesucristo cedida por el Vaticano. Esta tradición coincide con la fecha en la que la iglesia católica honra la cruz en la que murió Jesucristo por la salvación.

La jornada dominical, que comenzó a las once de la mañana, una vez que el sonido de las campanas dieron la hora, sirvió para cerrar las celebraciones que se han desarrollado del 1 al 3 de mayo, y reunió a numerosos vecinos para celebrar un día de convivencia vecinal.