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Orihuela

El calor y el lodo del río provocan malos olores

El bajo nivel del cauce del Segura favorece que se sequen los sedimentos que producen hedor

El calor y el lodo del río provocan malos olores

Todo apunta a que el problema de malos olores que se produce en el casco urbano por la acumulación de lodos en el río Segura seguirá durante todo el verano. El aumento de temperaturas registrado durante los últimos días, con máximas de hasta 36 grados durante la jornada de ayer, han incrementado el hedor que surge en torno a las zonas donde se acumulan los sedimentos que arrastra el río y se estanca el agua, como en el área del Puente Viejo o el Puente Nuevo. Se trata de un problema que se viene arrastrando durante años y que, según indicó ayer la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), no desaparecerá hasta que se modifique la toma de agua de riego, que provoca el estancamiento del agua y con ello la pestilencia que obliga a los residentes a cerrar a cal y canto las ventanas para evitar que el olor se cuele en sus casas.

Fuentes de la CHS recordaron ayer que esta entidad no tiene competencias para acometer una obra en el cauce urbano del río dado que éstas son del Ayuntamiento y de la Generalitat, por lo que a priori no hay ninguna solución prevista para este problema. A este respecto apuntaron que por el momento no hay trabajos previstos para la retirada de lodos dado que, aunque se eliminen, volverán a aparecer en pocos días. Es en primavera, y sobre todo en verano, cuando el hedor se acrecienta debido a la bajada del nivel del cauce que facilita que los sedimentos se sequen. Durante el día de ayer, el caudal del río Segura a su paso por Orihuela era de 3,5 metros cúbicos por segundo, un metro cúbico más que durante el domingo, lo cual se considera un nivel «normal para esta época del año».

La única solución, añadieron desde la CHS, es modificar la toma de riego del juzgado de Aguas de Callosa que se emplaza junto al Puente Nuevo cambiándola de lugar para que no se produzca un parón de las aguas río arriba debido a que es esa disminución de velocidad lo que favorece el depósito de sedimentos, provocando con ello el problema de hedores.

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