El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, se mostró ayer en contra de que se inicie una «guerra del agua», y destacó que se trata de «un recurso natural de todos los españoles», que considera que debe repartirse «justamente y de acuerdo a los criterios técnicos». Tras la decisión del Gobierno de Castilla-La Mancha de recurrir el último trasvase de 15 hectómetros cúbicos del Tajo al Segura, Puig manifestó: «Preferiríamos no judicializar un tema como el del agua, que debería estar presidido por el diálogo».
Por otro lado, Puig señaló que el «famoso» Memorándum del Tajo-Segura que elaboró el PP ha significado «una gran estafa», y apostó por buscar una solución al problema del agua «desde el diálogo». El jefe del Consell indicó que tras la firma del Memorándum, la entonces presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, «dijo que había ganado y Alberto Fabra dijo aquí que había ganado». Sin embargo, para el socialista, «no se trata de ganar», sino de «solucionar los problemas a corto, medio y largo plazo». europa press