El edificio de 3.500 metros cuadrados construido para convertirse en buque insignia de la formación musical en Torrevieja no reúne las condiciones necesarias para habilitarse como Conservatorio de Música. La estructura del inmueble presenta importantes deficiencias como el hecho de que el ascensor o las puertas son tan pequeñas que no se pueden introducir los pianos que precisan las aulas docentes. El edificio fue inaugurado en 2011 y desde entonces nunca se ha usado. Forma parte del complejo en el que se encuentra también el Auditorio Internacional y su coste total fue de 53 millones de euros. El Ayuntamiento ha pedido a la Dirección General de Formación Profesional y de Enseñanzas de Régimen Especial de la Generalitat que evalúe las instalaciones para concretar las deficiencias y el coste económico que conllevarían las obras necesarias.

Fue el alcalde de Torrevieja, José Manuel Dolón (Los Verdes), quien desveló ayer las conclusiones nada halagüeñas de la visita de evaluación realizada por el responsable de la Sociedad Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana y de los directores del Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas y de Formación Profesional, y de Enseñanzas de Régimen Especial de la Generalitat. El objetivo de la reunión era abordar las posibilidades de poner en funcionamiento el Conservatorio para ser gestionado entre la Generalitat y el Ayuntamiento, pero según el regidor, la sorpresa de los técnicos fue mayúscula al constatar que el edificio, pensado para 240 alumnos, «no se ajusta a los requerimientos de un conservatorio» porque existen deficiencias difíciles de corregir.

Según Dolón, de entre las defectos de construcción cabe destacar el hecho de que los ascensores del edificio principal no tengan las dimensiones adecuadas para poder cargar con instrumentos grandes, como el piano o los timbales; que la sala de ballet tiene unas dimensiones bastante reducidas y el techo no está a la altura suficiente para poder realizar determinados ejercicios. Tampoco las dimensiones de las aulas son adecuadas.

«Es una descomunal chapuza y acometer modificaciones implica realizar obras que serían muy costosas», valoró el primer edil. «Nos lo han vendido como una obra genial y ahora resulta que no tiene las mínimas condiciones para que su funcionamiento sea una realidad».

Descontrol

El alcalde achacó estas deficiencias al hecho de que no ha habido un seguimiento ni control de las obras por parte del anterior equipo de gobierno ni de la propia Conselleria a pesar de que se realizó una inversión de 53 millones.

La pretensión del Ayuntamiento es poner en funcionamiento el Conservatorio para el uso que se ha construido, pero «desafortunadamente va a ser difícil darle salida a esa solicitud». Por este motivo se ha pedido a la Conselleria que revise el edificio y estudie si aún es posible pedir responsabilidades jurídicas a la empresa constructora, al arquitecto o la empresa redactora del proyecto, aunque todo apunta a que ya es demasiado tarde. En ese caso sería el Ayuntamiento o la Generalitat quien tendría que pagar la obra o decidir dar otro uso a las instalaciones.