Es uno de los momentos más esperados del ciclo pasional en Torrevieja. Una de las procesiones donde la gente se prepara con tiempo para ver su paso. Importante es el lugar que se escoja, porque siendo escenificación más que desfile, de entenderla y de vivirla dependen unos pocos minutos, los que llaman del Encuentro en la Vía Dolorosa. Y como cada Miércoles Santo, coincidiendo con el día que abre la semana vacacional de primavera y llena de turistas la ciudad, las cuatro esquinas que juntan las calles María Parodi y Ramón Gallud se llenaron con miles de espectadores para presenciar este álgido momento devocional.

Hace varios años ya que la estampa urbana de esta céntrica intersección con uno de sus edificios en estado ruinoso, no acompaña la escenografía de lo que se convierte unos minutos al año en Calle de la Divina Amargura, pero la Junta Mayor de Cofradías estima el valor de una tradición que se está construyendo desde finales de los ochenta, y no cambia el emplazamiento pese a que el edificio, cubierto por redes para evitar la caída de materiales, afea el acontecimiento. Son los protagonistas Nuestro Padre Jesús, el de la Caída, obra con suaves formas y marcada expresividad de los hermanos Blanco (1955), y Nuestra Señora de la Esperanza, del valenciano Casañ e inspiración sevillana, precedidos siempre por la obligada Convocatoria, que de Domingo a Viernes viste de negro sobre negro cada procesión torrevejense. Tres cofradías para una coreografía complicada que hacen posible alrededor de 150 costaleros que alzan y arrodillan los pesados tronos en el momento mismo en que se encuentran después de partir con dos itinerarios diferentes con salida en las parroquias de la Inmaculada y del Sagrado Corazón.

Es uno de esos momentos que se pueden buscar en esta Semana Santa sentida y turística a partes iguales. De manera que cuando al filo de las diez y media de la noche el silencio hecho por la gente se rompió con los acordes del Himno Nacional, la espera contenida convirtió en aplausos la emoción de los que sienten y la aceptación de los que tienen en estas procesiones un aliciente cultural adicional al sol y la playa en su visita a Torrevieja. Jueves Santo será hoy la noche del Silencio con mayúsculas.