Vecinos de la urbanización de Ciudad Quesada, en Rojales, han iniciado una campaña de recogida de firmas para pedir la retirada de una antena de telefonía que se colocó hace un par de semanas. La instalación mide unos 30 metros de altura y está ubicada junto a numerosas viviendas. Los residentes se quejan del peligro que les supone vivir junto a esa torre metálica mientras tienen miedo de que sus efectos puedan resultar perjudiciales para la salud. Por ello, piden al Ayuntamiento que medie con la empresa que la ha dispuesto para que la retire hasta un punto más alejado del casco urbano.

Son más de 400 vecinos de esta urbanización poblada principalmente por residentes de origen europeo los que ya han firmado un manifiesto para exigir al gobierno local que interceda y les dé una solución. Los residentes aseguran que el equipo de gobierno sabía desde hace más de un año de que este elemento se iba a levantar junto a sus viviendas pero ni les informó de ello ni hizo nada para evitarlo.

Ángeles se considera una de las vecinas más afectadas. Su vivienda está emplazada a escasos metros de la antena. Asegura que tenía cerrado un trato de venta de su casa pero la compradora se ha echado atrás al comprobar que se ha instalado la polémica instalación telefónica. «Fui al Ayuntamiento y el alcalde me dijo que el terreno era de la empresa de telefonía y que podían hacer lo que quisieran, que no necesitaban ningún permiso especial. A los vecinos nos han arruinado la vida».

Afectada

La misma asegura que los residentes tienen miedo de que la antena pueda caerse si, por ejemplo, se produce un sismo y teniendo en cuenta que en la Vega Baja se producen pequeños temblores de tierra con cierta regularidad.

El alcalde del municipio, Antonio Pérez, mantuvo ayer una reunión con los representantes de los vecinos, su abogado y técnicos municipales y se comprometió a «trabajar para buscar un resquicio legal que permita quitar la antena». El regidor señaló que la empresa Telefónica presentó una declaración responsable en el Ayuntamiento y al poco tiempo comenzó a levantar la instalación, algo a lo que el Ayuntamiento «no se puede negar», siempre según el primer edil.

En palabras de Pérez «la antena donde está es un monstruo de cerca de 30 metros de altura y tiene un gran impacto visual importante porque las casas que hay alrededor son de baja altura».

El alcalde aclaró que la parcela en la que se ha ubicado la instalación pertenece a una empresa privada y valora que legalmente sí puede estar en ese lugar. «No es un tema fácil porque la las leyes dan una libertad al tema de la telefonía y las instalaciones de este tipo, pero haremos todo lo posible», concluyó Pérez. Mientras tanto los vecinos aseguran que seguirán recogiendo firmas y no descartan realizar algún tipo de concentración como forma de protesta.