Los mejores estudiantes agrónomos de Perú están en Orihuela. La Escuela Politécnica Superior, en la pedanía de Desamparados, acoge durante este semestre académico a los 14 mejores expedientes de la Universidad Nacional Agraria La Molina de Lima, el principal centro de estudios del sector del país. Su estancia se debe a una beca de excelencia académica y movilidad internacional del Ministerio de Cultura de Perú, y de los 26 alumnos que se han beneficiado del programa, la gran mayoría, 14, están en Orihuela.
Así, los alumnos, que se encuentran en la etapa final de sus estudios de diversas ingenierías relacionadas con la agronomía, podrán formarse en el campus de Desamparados, y aprender «cosas que allí no tendríamos la oportunidad de ver», señala el propio grupo de alumnos. La teoría se complementará con visitas a industrias alimentarias y ganaderas «que son muy diferentes con respecto a lo que se estudia en Perú», señala el doctor de la UMH, Joaquín Pastor, el encargado de negociar los convenios con la Universidad de Perú que han hecho posible acoger por primera vez a este grupo de alumnos.
Las diferencias son notables de acorde a las diferentes ramas de la agronomía. «Por ejemplo, aquí el ingeniero agrónomo de aguas puede construir», señala uno de los estudiantes, mientras que allí, las construcciones y diseño de explotaciones las hace un ingeniero civil. «La ventaja de esto es que aprenden a diseñar una planta de producción con respecto a las necesidades propias de la misma, pues un ingeniero civil no tiene ese conocimiento de las necesidades concretas del tipo de planta de producción», apunta Pastor.
Otra de las cuestiones que aprenderán será «el sistema de riego, pues allí, en Perú, se importa mucha de la tecnología de España», apunta otro estudiante. «Lo que hemos observado es que aquí predomina el sistema de riego por goteo en la mayoría de fincas, mientras que allí lo que predomina es el riego por gravedad -lo que en la Vega Baja se conoce como el riego a manta-», señala su compañera. Además, «aquí se le da mucha más importancia a la figura del agricultor», añade otra alumna. En el área de la ingeniería zootecnista también hay cambios, como «un sistema de producción más ordenado en España». Por contra, mientras que un ingeniero peruano tiene conocimientos de cirugía y sanidad animal «aquí esa parte se la dejan a los veterinarios».
Choque cultural
Sin embargo, el mayor cambio es el choque cultural y el modo de vida, empezando por el hecho de que los 14 alumnos han pasado de una ciudad de 12 millones de habitantes a una con un núcleo urbano de 40.000. Aun así, todos afirman que se quedarían más tiempo en España. De hecho, hay quien ha alargado el viaje unos días, pues el cuatrimestre de su beca acaba en febrero y hasta mitad de marzo no retoman sus estudios en Perú, por lo que aprovecharán para viajar por España y descubrir Europa. De hecho, «ya hemos aprovechado los puentes para ir a Alicante, Murcia, Valencia o Madrid».
Toda una aventura académica que les servirá para enriquecer aún más su estancia universitaria.