Coloquialmente, podría decirse que lo de Catral, tiene pelotas. Doscientos kilos de carne, dos planchas de dos metros cuadrados, una buena leña, y mucha mañana en la cocina. Esto es lo que necesitaron los miembros de la sociedad gastronómica El Rabanico para realizar ayer una pelota asada gigante en Catral, ante el asombro y la admiración de los vecinos de la localidad. Un plato de uso tradicional en el cocido de la Vega Baja, el de la pelota, que esta vez emuló a una hamburguesa gigante de la que salieron cerca de 1.000 raciones. Una idea impulsada por una carnicería local, la «Josefica», y que ayer se hizo realidad para disfrute de propios y extraños.

La lluvia que predominó ayer durante prácticamente toda la jornada no fue un impedimento para que centenares de vecinos y visitante se acercaran a contemplar, y por supuesto degustar, este tradicional pero a la vez atípico, por su tamaño, plato culinario. Decenas de kilos de carne de cerdo y pollo, el embutido blanco, pan, perejil, ajo, huevo, sangre, sal, piñones y agua fueron los ingredientes con los que se elaboró esta pelota asada.

Planchas especiales

Para llevar a cabo tal plato, fueron necesarias dos planchas especiales de dos metros cuadrados cada una, colocadas sobre dos hierros a distintas alturas, para que pudieran intercambiarse y cocinar así la pelota por ambas caras. Eso sí, aunque las planchas fueran cuadradas, la pelota siguió conservando su forma original, ya que lo contrario, perdería su esencia. La elaboración necesitó cerca de dos horas, pues los fogones se encendieron sobre las once de la mañana, y las raciones comenzaron a repartirse alrededor de las 13 horas, a un precio simbólico de 1,50 euros por ración más una caña con la que acompañarla. Para amenizar la espera y convertir el evento en una auténtica «fiesta de la pelota», la Plaza de España de Catral, donde se realizó la jornada, contó con la animación de un toro mecánico y diversas actividades infantiles.