Torrevieja disfrutó anoche de una Cabalgata de Reyes Magos de Oriente muy «tempranera» -a las cuatro y media de la tarde ya habían desembarcado Sus Majestades en el puerto desde la golondrina de Tabarca-. Hubo caramelos -entregados en mano, siguendo la singular y llamativa orden para evitar atropellos-; y regalos para los miles de vecinos que no quisieron perderse el paso de la comitiva con sus carrozas. En el puerto Melchor, Gaspar y Baltasar, fueron recibidos por el alcalde José Manuel Dolón y representantes del gobierno municipal y después en el Ayuntamiento, donde brindaron en el salón de plenos. Los Reyes Magos saludaron desde el balcón consistorial a quienes les esperaban en la Plaza de la Constitución.

La seguridad fue una prioridad en la jornada de ayer. Por primera vez, en la mayor parte del recorrido estaba vallado, y el público, y en especial, los más pequeños no podían invadir la vía. La Policía Local y la Guardia Civil se emplearon a fondo para cortar todas las bocacalles -con los coches patrulla como barrara- y el centro de Torrevieja se convirtió en amplio espacio peatonal.