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El precio del limón se dispara un 71% y alcanza los 1,20 euros por kilo

La producción de este cítrico en Alicante llegó a las 624.260 toneladas en 2016 y fue la cosecha más rentable de la última década

El precio del limón se dispara un 71% y alcanza los 1,20 euros por kilo

Los productores de limones de la provincia de Alicante cerraron la temporada de 2016 con el mejor balance económico de la última década. El precio de este cítrico se disparó hasta un 71% con respecto al año anterior y llegó a alcanzar 1,20 euros por kilo, un precio del todo rentable para el agricultor. El alza en la cotización de este producto está motivando el aumento de la superficie cultivada, sobre todo en la Vega Baja, que concentra gran parte de la cosecha alicantina.

Según los datos aportados por la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Alicante, durante la campaña del 2015-2016 la provincia produjo un total de 624.260 toneladas de limones. La cantidad total fue menor que la de años anteriores debido a que los fuertes episodios de calor del final de la primavera motivaron la pérdida de parte de la cosecha. No obstante, su alta rentabilidad ha paliado ese percance. Durante el año anterior los limones se pagaban a una media de 0,70 céntimos el kilo en origen, es decir, el precio que recibe el agricultor.

Es la zona de la Vega Baja la que mayores beneficios está obteniendo del cultivo de limones, pues entre sus 27 municipios están plantados el 90% de los árboles de esta variedad de cítrico en toda la provincia.

Para Asaja, «dos grandes hitos han marcado el año agrícola 2016 en la provincia de Alicante: la sequía y el precio del limón». La falta de agua ha provocado «importantes mermas económicas principalmente en cultivos de secano, como frutos secos, almendra, olivar, cereza... donde se han registrado descensos de cosecha de más del 50%».

«En contrapartida, la nota positiva la ha puesto la alta rentabilidad que ha proporcionado el limón, que arrastró al resto de cítricos y que ha contribuido, en gran parte, al aumento registrado en 2016 de la renta agraria en la provincia, que ha subido un 1,6%».

En cuanto a la facturación, el cultivo que más incremento de ingresos ha registrado ha sido el de los cítricos. La campaña 2015-2016 ha aumentado el remanente y se ha posicionado en 273 millones de euros, compensando el precio del limón al comportamiento inestable de naranjas y mandarinas en algunos periodos.

La campaña que se está desarrollando en los últimos meses, la de 2016-2017, comenzó con precios demasiado bajos. Según el índice de la Conselleria de Agricultura, a principios del pasado diciembre los productores estaban vendiendo sus cosechas de limones a una media de 0,35 euros por kilo, cuando hace un año se pagaban a 0,60 euros. Esa fuerte caída de los precios se traduce en no sacar ninguna rentabilidad por las cosechas.

Exportadores

Para el presidente de Asaja Alicante, Eladio Aniorte, esta situación se debe a que los grandes exportadores, que mantienen una importante cantidad de hectáreas de cultivo, están comercializando sólo sus cosechas para intentar forzar a los agricultores a rebajar los precios.

Aniorte recomendó hace un mes a los productores que no pusieran sus limones en el mercado y esperaran a que dichos exportadores agotaran sus existencias para entonces empezar a vender a precios más rentables. Pero eso es algo que todavía está por llegar, puesto que el citado índice de precios de la Consellería refleja que hasta el dos de enero de 2017, el limón de la variedad «fino primofiori» se ha seguido comercializando a esos 0,35 euros por kilo. Aun así, las perspectivas de Asaja para los próximos meses son buenas. La organización agraria espera que la provincia coseche este año 49.089 toneladas más de limones que el anterior, llegando a las 714.351, lo que supondría un 14% más de producción. No obstante, desde la organización agraria apuntan a que estas estimaciones podrían variar de aquí a unos meses por los efectos de la gota fría de diciembre.

Las intensas lluvias y el agua del cauce del río Segura anegaron diversas hectáreas de cultivo en algunas pedanías de Orihuela y otros municipios de la comarca de la Vega Baja, como Benejúzar o Almoradí. Uno de los efectos fue inmediato y parte de los frutos cayeron al suelo. Sin embargo, los agricultores creen que será en los próximos meses cuando se irá viendo si los árboles que permanecieron anegados durante varios días pierden parte de la producción. Ahora se encomiendan al cielo y a un clima benevolente para poder sacar adelante la cosecha.

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