Los operarios del equipo verde del Ayuntamiento de Torrevieja ha comenzado esta mañana a retirar los polémicos adoquines que delimitan la acera de la calzada a lo largo de la calle Caballero de Rodas y adyacentes desde el año 2010. El gobierno de coalición ya anticipó en los primeros meses de su mandato su voluntad de retirar estos adoquines que funcionan a modo de bolardos sobre la rasante de la calzada por las constantes reclamaciones por caídas de peatones y daños en vehículos que genera desde que se instaló.

Ese anuncio se hizo público precisamente cuando el propio alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) pinchó un neumático en diciembre de 2015 en uno de esos bolardos. En esa ocasión, el primer edil dijo que su determinación era retirarlos porque no era la primera vez que le ocurría, además de reclamar el importe del cambio del neumático al propio ayuntamiento que preside. La reclamación, realizada, dijo, a modo de ejemplo y de escasa cuantía, no salió adelante porque el primer edil no cumplió los plazos establecidos para tramitarla.

El principal motivo de la retirada de los bolardos es que provocan constantes reclamaciones patrimoniales al Ayuntamiento por caídas en la vía pública y desperfectos en vehículos -en especial con pinchazos en las ruedas-. Funcionarios de la brigada de obras han comenzado a retirar los adoquines, que se pintaron de azul para distinguirlos del resto de la calzada, a primera hora justo en la fachada de la Casa Consistorial.

Sin alternativa, de momento

El gobierno no ha llegado a anunciar esta obra, ni tampoco si se ha ideado en alguna solución para delimitar el espacio peatonal de la calzada por la que circulan los vehículos. En un principio, el equipo verde solo tiene órdenes de retirar las adoquines, distribuidos por docenas, desde la confluencia de la calle Apolo hasta la calle Orihuela, en el caso de la calle Caballero de Rodas y los ubicados en las calles adyacentes, entre ellas Maldonado, Patricio Pérez o Bazán.

Una falta de alternativa que provoca dudas sobre la seguridad vial si los conductores, por cualquier circunstancia, pierden el control del vehículo y no hay ningún elemento que impida que rebasen a la acera por la que circulan los peatones.

Estos adoquines forman parte de la polémica reurbanización de la calle Caballero de Rodas con un contrato del Plan E por más de tres millones de euros en plena crisis económica adjudicado a la empresa Sedesa, propiedad de un familiar del excargo del PP en la Generalitat Juan Cotino y que, a día de hoy, sigue presentando numerosas deficiencias. Se tuvo que suprimir todo el pavimento de adoquines, más de diez mil piezas, porque la solera se hundía. Se sustituyó por asfalto impreso. Además los contenedores subterráneos no se han estrenado porque la empresa adjudicataria, que cobró todo el contrato, no le pagó al suministrador y un juez ordenó la clausura de esos elementos, que no se ha levantado hasta la fecha.