Alrededor de 40 palomas participantes en un concurso de colombicultura, valoradas en quince mil euros, desaparecieron el pasado lunes en Torrevieja a causa del temporal. Organizado por el Club Deportivo «La Colosal», una de las sociedades más antiguas, prestigiosas y numerosas de la Comunidad Valenciana dedicadas a la cría y adiestramiento de palomas, comenzaba el pasado lunes una competición de la que estaba prevista se celebraran varias jornadas. Más de cien ejemplares participaron es esta competición que, según explica Ascensio Narros Hernández, consiste en la denominada «paloma de suelta», desde las instalaciones que este club torrevejense posee junto a terrenos del parque natural de La Laguna de La Mata.

Esta variedad de colombicultura consiste en una prueba de alrededor de dos horas de duración en la que se suelta una hembra a la que siguen los machos que intentan su cortejo, obteniendo mayor puntuación el animal que consigue llevársela a su palomar o estar el máximo de tiempo con ella. Para realizar «la suelta» se suele elegir un «campo de vuelo» que cuente con arbolado y con algunas edificaciones, caso de las inmediaciones del Parque Natural. Pero de nada sirvió la escenografía preparada de viñas, pinos y eucaliptos. Como en los versos de Alberti, «se equivocó la paloma, se equivocaba», «creyó que el mar era el cielo, que la calor, la nevada».

Los organizadores no contaron con que la chica, reconocible entre tantos pretendientes por una pluma blanca que sobresale de su cola, tenía espíritu marinero y se iba a marchar buscando el horizonte de todos los azules. Ni tampoco contaron con que la aparición de una racha imprevista de Mastral, que soplando desde tierra iba a impedir a las aves -incapaces de volar contra el viento- regresar a su lugar de suelta. Un contratiempo que hizo desaparecer a todos los ejemplares que habían participado en la competición. Algunos de ellos, auténticos campeones de la modalidad, valorados en dos o tres mil euros.

Narros explica que cualquier colombaire, propietario o aficionado a esta actividad deportiva de herencia andalusí que en tierras andaluzas y levantinas hunde sus raíces en la Edad Media, prodiga toda clase de cuidados a sus animales adiestrados. Veterinarios especializados, alimentación, plumaje, vacunas... Cada ejemplar participante cuenta con un localizador que permite su seguimiento en un radio de 6 kilómetros. Pero el pasado lunes ni localizadores ni el sofisticado sistema de orientación de estos animales tuvieron nada que hacer con las condiciones atmosféricas que anticipaban el fuerte temporal de esta semana.

Se han ido los mejores

Hasta ayer habían podido recuperarse alrededor de cincuenta palomos aparecidos en distintas zonas de la ciudad. Narros piensa que a pesar de las adversas condiciones meteorológicas de estos días, pudieron guiarse por las luces urbanas para regresar a tierra. Pero de los otros 40, entre los que se encontraban los ejemplares más valiosos, los campeones más tenaces en la conquista, no hay ni rastro. Dice que a lo largo de sus años como presidente de «La Colosal» es la segunda vez que ocurre algo parecido. Son los imponderables del amor. Atracción fatal para los palomos y sus propietarios.