El mundo de la cultura oriolana dio ayer el último adiós a uno de sus dramaturgos más ilustres: Atanasio Díe, que falleció el viernes a los 69 años tras sufrir un infarto. El Teatro Circo acogió la capilla ardiente, homenajeando así el enorme legado que dejan por escrito sus obras. Decenas de personas se acercaron al teatro, donde «Ata», como lo conocían sus allegados, representó buena parte de sus obras, como «Annie», «La leyenda de la Armengola» o «La Puerta de la traición», sobre la fiesta de la Reconquista, y de libros como «Diario de una Piel indefensa», «Kokonimó» o «Versos para un amor verdadero», entre otros, que pasarán a la historia de la cultura oriolana.

El féretro del dramaturgo fue portado a hombros al interior del Teatro Circo, donde sus colegas del mundo de la cultura, amigos y familiares le rindieron homenaje. A las puertas del Teatro Circo, fueron muchos los que, como hizo Atanasio Díe cientos de veces, cogieron papel y boli para plasmar en un libro, y por escrito, el último adiós al escritor oriolano. A las 16.30, en el templo de San Francisco, tuvo lugar el entierro, esta vez mucho más íntimo, por deseo expreso de la familia, en el que se le dio una calurosa y emotiva despedida.

El legado de Díe, además de sus obras, queda plasmado en el grupo de teatro que dirigía, Teatro Expresión, y que seguirá rindiendo homenaje al dramaturgo llenando los escenarios oriolanos.