Los portavoces de los tres grupos que forman la oposición en el Ayuntamiento de Orihuela, PSOE, Cambiemos y Foro Demócrata, han dicho «basta» porque se han cansado del ninguneo constante del alcalde, Emilio Bascuñana (PP). La gota que colmó el vaso llegó hace ocho días, cuando se enteraron por la Prensa del minuto de silencio institucional convocado tras el fallecimiento del dramaturgo oriolano, Atanasio Díe, al que no acudieron porque no fueron avisados. Algunos, incluso, se enteraron por su viuda, según apuntó ayer la portavoz socialista Carolina Gracia, lo que provocó que recibieran críticas por no sumarse a un acto que desconocían. Lo mismo ocurrió con la capilla ardiente instalada en el Teatro Circo, a la que no fueron convocados. Sin embargo, los desplantes, la falta de comunicación y las decisiones unilaterales sin consultar con los grupos, viene de lejos. Lo de estos días sólo ha sido la punta del iceberg.

Juntas de portavoces convocadas con minutos de antelación y sin margen de maniobra, desplantes y esperas de hasta una hora en citas a las que el alcalde llega tarde, la «poca sensibilidad» a la hora de adaptar las convocatorias... Un cúmulo de circunstancias que originó que el jueves, tras una junta de portavoces a la se convocó a los diferentes grupos con apenas 15 minutos de margen, y tras la que se programó una rueda de prensa posterior con su participación, sin estos saberlo siquiera. Ante esta situación, Carolina Gracia, Karlos Bernabé y Pepa Ferrando forzaron una reunión con el alcalde -pedida desde hacía días y sin respuesta alguna, afirman-, para decir «basta» y exigir el «respeto que merecemos como portavoces», apuntaron.

Pero no sirvió de mucho. Menos de 24 horas después, tras la comisión previa al pleno del próximo miércoles celebrada ayer, el alcalde pidió a los portavoces asistentes a dicha comisión celebrar una junta de portavoces «ya», en lugar de a las 13.30 horas, porque debía irse a Madrid a participar en el Congreso Nacional del PP, ignorando a la edil Ferrando que, por su trabajo, no podía acudir a esa hora. Ante esta situación, los portavoces decidieron hacer público lo que el jueves trasladaron al alcalde en privado: el rechazo a la «toma de decisiones a su bola y sin consenso».