? Antes de la construcción del aparcamiento subterráneo del paseo Vista Alegre ese espacio constituía una de las estampas típicas de la ciudad, con sus ficus, e hileras de palmeras junto al mar. La concesión «a dedo» del subterráneo supuso la transformación del paseo en un enorme y polémico solar, hasta el punto que el Ayuntamiento convenció al Consell en 2008 para realizar una «parcheo» que permitió construir una marquesina y bancos corridos.